El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, ha expuesto la posición oficial de Ankara, según la cual el caza, que despegó el viernes pasado de la base aérea de Malatya (Turquía) y desapareció de los radares una hora y media más tarde, fue derribado por Siria mientras volaba en el espacio aéreo internacional.
En consecuencia, Ankara notificará el incidente tanto a la OTAN como al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, añadió Davutoglu. Poco después se confirmó que la OTAN celebrará mañana martes una reunión sobre el incidente, acorde con el artículo 4 de la Alianza Atlántica, que obliga a los miembros a consultar cuando «en opinión de uno de ellos, esté amenazada la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de ellos».
Turquía no ha invocado, empero, el artículo 5, que se activa cuando se constata una agresión militar contra uno de los miembros de la OTAN.
Firmeza
La firmeza con la que Davutoglu defendió el derecho de Turquía a tomar medidas por el abatimiento del caza contrasta con el nerviosismo de la tarde del viernes, cuando el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, evitó culpar a Damasco del derribo.
Anoche, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condenó el derribo del avión turco y calificó el acto de «descarado e inaceptable». «Estados Unidos condena este acto descarado e inaceptable en los términos más contundentes posibles», afirmó Clinton tras mantener una conversación con Davutoglu.
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