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El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) mantuvo hoy los tipos de interés rectores en la zona del euro en el mínimo histórico del 0,75 %, como preveían los mercados.
La institución europea informó en Fráncfort de que también dejó inalterada la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a los bancos durante un día, en el 1,5 %, y la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, en el 0 %.
«Alemania no necesita un recorte de los tipos de interés, al menos de momento, y una bajada de la tasa de interés no salvará a España», consideran los expertos del Royal Bank of Scotland.
El BCE recortó el precio del dinero a comienzos del pasado mes de julio pero es escéptico sobre el impacto de la medida sobre la economía real.
Por ello el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo la semana pasada en Londres que la entidad monetaria hará todo lo que sea necesario para preservar el euro.
Estas declaraciones han disparado grandes expectativas en los mercados financieros de que el BCE volverá a comprar deuda soberana de España e Italia en el mercado secundario, una medida a la que se opone el Bundesbank y Alemania porque supone financiar Estados, genera presiones inflacionistas y puede alentar a los gobiernos a no aplicar las reformas y ajustes necesarios.
Draghi informará hoy en rueda de prensa de las deliberaciones del consejo de gobierno del BCE y de cuáles van a ser las próximas medidas para solucionar la crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro.
Algunos expertos consideran que es posible que Draghi no vaya a ser muy explícito pese a la expectación generada, pero parece claro que algo va a tener que decir para calmar a los mercados.
Antes de la rueda de prensa de Draghi, la prima de riesgo de España bajaba a 528 puntos básicos y la rentabilidad del bono español a diez años caía al 6,666 %.
El BCE ha comprado hasta ahora deuda soberana de países con dificultades de financiación por valor de 211.500 millones de euros.
La entidad monetaria europea introdujo este programa de compra de bonos en mayo de 2010 para ayudar a Grecia y lo reactivó en agosto del año pasado para ayudar a España e Italia, que estaban siendo fuertemente penalizadas en el mercado.
Este programa fue el motivo de la dimisión del entonces presidente del Bundesbank, Axel Weber, y del antiguo economista jefe del BCE, el también alemán Jürgen Stark.
El Budesbank siempre ha defendido que el mandato del BCE es mantener la estabilidad de precios en la zona del euro, algo que define como una tasa de interés cercana pero siempre por debajo del 2 % a medio plazo, y no impulsar el crecimiento económico y el empleo como en el caso de la Reserva Federal estadounidense (Fed).
La Fed manifestó el jueves su disposición a aplicar nuevas medidas de estímulo ante la desaceleración observada en la economía en los últimos meses, aunque postergó la decisión para más adelante.