Un manifestante herido es ayudado otros dos participantes en un acto de protesta contra la película que se mofa del profeta Mahoma. | SHAHZAIB AKBAR

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Miles de indignados musulmanes volvieron a tomar ayer las calles en todo el mundo en un día calificado de «amor al Profeta Mahoma», que solo se convirtió en un nuevo «viernes de la ira» en Pakistán, donde al menos 14 personas murieron cuando las protestas se tornaron violentas.

Según la cadena de televisión local Express, las incidentes más cruentos se registraron en las ciudades de Peshawar (norte) y Karachi (sur), donde grupos de exaltados atacaron diferentes comercios y algunos cines en protesta por la difusión de un vídeo y de nuevas viñetas del profeta Mahoma consideradas blasfemas.

Fuentes de la Policía local informaron de que en Karachi, la capital económica pakistaní, al menos 12 personas perdieron la vida y más de un centenar resultaron heridas de diversa consideración.

En Peshawar pereció un manifestante, mientras que un operario de una cadena televisiva murió a causa de un disparo de origen no aclarado.

Alerta máxima

Pakistán, al igual que la mayoría de los países musulmanes, había extremado la seguridad después de que la publicación satírica francesa ‘Charlie Hebdo' publicara este miércoles las citadas caricaturas.

El origen de la irritación que cunde en el mundo musulmán desde hace diez días es, no obstante, un extraño vídeo de 14 minutos de duración, difundido a través de internet, en el que se ridiculiza a Mahoma.

Su divulgación despertó la cólera de miles de musulmanes, que al grito de «muerte a los blasfemos» asaltaron la semana pasada la embajada norteamericana en El Cairo y el consulado en la ciudad libia de Bengasi, ataque este último en el que murió el embajador Chris Stevens.

El pasado viernes, cerca de una decena de personas perecieron en incidentes violentos similares frente a las misiones norteamericanas en Túnez y Jartum, mientras que un manifestante murió en un protesta en el norte del Líbano.

Sin embargo, la condena unánime de los gobiernos occidentales, unida a las llamadas a la contención desde las autoridades musulmanas, políticas y religiosa, parecen haber tenido efecto positivo en esta jornada.