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El pulso entre los partidarios y detractores del presidente egipcio, Mohamed Mursi, culminó ayer en una batalla campal en los alrededores del palacio presidencial en El Cairo que deja al país ante un escenario sombrío e incierto. Al menos 211 personas resultaron heridas en las refriegas, según informó el Ministerio de Sanidad, aunque fuentes policiales indicaron que también se registraron al menos dos muertos, un hombre y una mujer, una información no confirmada oficialmente.

Los manifestantes de ambos bandos se enfrentaron cuerpo a cuerpo y se lanzaron cócteles molotov, piedras y botellas vacías en las calles aledañas a la sede de la Presidencia, en el acomodado barrio de Heliópolis. Esta zona se convirtió en un reguero de ambulancias, jóvenes corriendo, pequeños incendios causados por los cócteles molotov y destrozos en tiendas y vehículos.

Apoyo

Tras la multitudinaria manifestación de la víspera contra el jefe de Estado en esta zona, los islamistas decidieron responder ayer con protestas de apoyo a las últimas decisiones de Mursi. A las puertas del palacio presidencial, los detractores del presidente mantenían una acampada que fue desalojada por la fuerza por sus rivales, que acudieron en masa para mostrar que Mursi cuenta con un amplio respaldo.

Con su llegada, se registraron unas primeras escaramuzas con los opositores acampados, que optaron por retirarse a calles aledañas a la espera de refuerzos. Decenas de miles de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes se concentraron a la entrada del palacio presidencial entre lemas y pancartas en favor de la nueva Constitución, que será sometida a referéndum el próximo día 15 (como confirmó el vicepresidente), y del acta constitucional emitida por Mursi hace dos semanas.

Tres consejeros de Mursi, anunciaron su dimisión por sus discrepancias con las últimas decisiones del mandatario y por la violencia desatada junto al palacio presidencial.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha expresado la preocupación de la Administración de Barack Obama por la situación en Egipto y ha instado a los líderes del país a garantizar un diálogo «democrático» con las fuerzas de la oposición sobre la nueva Carta Magna, que debe proteger los derechos de «todos» los ciudadanos. «Hemos estado observando muy cerca con preocupación este proceso», ha reconocido Clinton en rueda de prensa al término de la reunión con sus homólogos de la OTAN. Clinton ha recordado que «hace casi dos años que el pueblo egipcio salió a las calles porque quería un cambio democrático real».