Fotografía de la reina Isabel II tomada el pasado 27 de febrero. | POOL

TW
1

La reina Isabel II de Inglaterra, de 86 años, fue hospitalizada en Londres por una gastroenteritis que le ha obligado a cancelar una visita oficial a Roma y otros actos previstos para la próxima semana. Es la primera vez en diez años que la soberana, conocida por su salud de hierro y que ya ha cumplido 61 años en el trono, debe ser ingresada en un centro médico, desde que en 2003 fue operada de su rodilla derecha por un esguince.

La avanzada edad de la reina disparó las alarmas nada más conocerse en la tarde de este domingo su ingreso en el céntrico hospital King Edward VII, si bien el Palacio de Buckingham se apresuró a precisar que se trata de una «medida de precaución». Su portavoz indicó que «la reina está siendo examinada en el hospital King Edward VII de Londres, después de experimentar síntomas de gastroenteritis», y que, «como precaución, todos sus compromisos oficiales para la próxima semana serán, lamentablemente, pospuestos o cancelados».

Visita oficial

Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, de 91 años, tenían previsto realizar una visita oficial la próxima semana a Roma invitados por el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, quien ha deseado una pronta recuperación a la soberana. La cadena pública BBC precisó que el hecho de que la reina fuese llevada al hospital en un coche privado, y no en una ambulancia, indica que su estado no es grave y que lo previsible es que permanezca dos días en el hospital.

La reina Isabel está de «buen humor» y, aparte de la molestia estomacal que sufre, sigue disfrutando de «una buena salud», según el Palacio de Buckingham. El viernes pasado se supo que la soberana sufría síntomas de gastroenteritis, cuando se anunció la cancelación de una visita a Gales prevista para el sábado, y estuvo todo el fin de semana descansando en el Palacio de Windsor antes de que se decidiese hoy su ingreso hospitalario.

El King Edward VII, situado en el barrio Marylebone de Londres, es el centro médico que suele utilizar la familia real inglesa y donde permaneció una semana en diciembre la duquesa de Cambridge, esposa del nieto de Isabel II, Guillermo, por molestias relacionadas con su embarazo. La hospitalización de la reina «es una medida de precaución.