Miembros de las milicias rebeldes inspeccionan un helicóptero del Ejército del presidente Al Asad derribado en Alepo. | HANDOUT

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El presidente de Siria, Bachar al Asad, acusó al Reino Unido de «militarizar» e «incendiar» la crisis siria, al tiempo que reiteró su oferta de un diálogo con los rebeldes si dejan sus armas, pero «no con terroristas». En una entrevista difundida por el dominical británico «The Sunday Times», Asad dirigió duras acusaciones al Gobierno de Londres en su posición hacia Siria, que calificó de «inmadura, confusa y no realista», y avisó a Occidente de que no arme a los rebeldes.

Al Asad, que insistió en que no abandonará su país, aseveró que el Reino Unido ha desempeñado un papel «no constructivo» en Siria «desde hace décadas y algunos dicen que desde hace siglos» y está decidido a «militarizar» la crisis siria. «No esperamos que un pirómano actúe de bombero», apuntó el presidente sirio, en su primera entrevista con un medio occidental en más de un año.

Al Asad reiteró a «The Sunday Times» su oferta de negociaciones de paz con los insurgentes si dejan la lucha armada, pero no «con terroristas que están decididos a usar las armas para aterrorizar a la población, matar a civiles y destruir el país». «Tenemos una oposición que son instituciones políticas y tenemos terroristas armados. Podemos dialogar con la oposición, pero no podemos dialogar con terroristas. Luchamos contra el terrorismo», afirmó el líder sirio, cuya salida del poder ha pedido, entre otros, el Reino Unido.

No al exilio

Durante la entrevista, el presidente sirio rechazó, una vez más, que tenga previsto optar por el exilio y argumentó que en países vecinos como Libia o Egipto los enfrentamientos no han cedido pese a la salida del poder de sus líderes.

Mientras, sobre el terreno, el líder de la Coalición Nacional Siria (CNFROS), Ahmed Muaz al Jatib, efectuó ayer una visita de unas horas a la provincia de Alepo, en el norte de Siria, la primera desde que asumió la dirección de esta alianza de la oposición. Al Jatib viajó a las localidades de Menbey y Yarablus para conocer de primera mano la situación de los habitantes en las zonas controladas por los rebeldes sirios.

La visita de ayer coincidió con la toma del control por parte de los rebeldes sirios de una academia policial en Alepo tras días de violentos enfrentamientos en los que murieron unas doscientas personas, la mayoría militares del Ejército sirio.