La Fiscalía, que se había pronunciado por archivar las acusaciones, informó hoy de que los jueces instructores han decidido que Strauss-Kahn comparezca ante un tribunal correccional.
En una primera reacción, el abogado del exministro socialista, Richard Malka, dijo a la cadena de televisión «BFM TV» que «no es una sorpresa, a la vista de cómo se ha desarrollado la instrucción» y por el «ensañamiento de los jueces».
Strauss-Kahn se sentará en el banquillo junto a otras doce personas encausadas por haber organizado, tomando el hotel Carlton como base, un grupo de prostitutas para ofrecer prestaciones sexuales al que fue ministro de Finanzas de Francia y director del Fondo Monetario Internacional (FMI), cargo del que tuvo que dimitir por otro escándalo sexual.
La inculpación por la que comparecerá ante un tribunal correccional está castigada con hasta 10 años de cárcel, una pena inferior a la del cargo de proxenetismo agravado en banda organizada que se le imputó inicialmente, y que no ha sido finalmente tenida en cuenta por los tres magistrados instructores.
El Ministerio Público dispone ahora de un mes para plantear un posible recurso al dictamen de los jueces instructores.
El abogado Malka descalificó la decisión de los instructores por «ideológica» y porque «deriva de una apreciación muy subjetiva de la moral».
Sobre todo, el letrado insistió en que «no hay ningún hecho (en este sumario) que caracterice un delito penal. Porque en caso contrario, se criminalizaría a cualquier cliente de una prostituta». Aseguró que su cliente «no es un proxeneta» por el hecho de haber ido con prostitutas.
También quiso desdramatizar al puntualizar que la de hoy «no es más que una etapa del procedimiento» y avanzó que ante el tribunal tiene intención de hacer «un análisis jurídico» de los hechos «como lo hizo la Fiscalía» al solicitar el archivo del sumario.
Yves Charpenel, abogado de la acusación particular, se mostró satisfecho ante la perspectiva de que el antiguo dirigente socialista, conocido por sus siglas DSK, se siente en el banquillo, porque a su parecer «difícilmente puede poner en duda» que las mujeres con las que tenía relaciones eran prostitutas.
Charpenel, en otra entrevista también a «BFM TV», precisó que no se le reprocha haber sido cliente de mujeres que ofrecían sexo por dinero, sino de haber puesto en marcha una red para beneficiarse de ellas a través de un grupo de conocidos.
1 comentario
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En matèria de proxenenetisme, sempre m'han cridat l'atenció les cases de prostitució que ofereixebn "trato familiar" per hi atreure jovenetes. Em costa creure que la "madame" sigui com a una segona mare!