«Esta conferencia se celebrará en coordinación con las distintas partes, sobre todo con la Coalición Nacional Siria (CNFROS, la principal alianza opositora) para que participe», dijo Al Arabi. Los esfuerzos se centran ahora en allanar el camino para que la reunión sea un éxito y, en particular, lograr un alto el fuego.
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Al Arabi recordó que la Liga Árabe pidió un cese temporal de las hostilidades con motivo de la festividad musulmana del Sacrificio, que se celebró la semana pasada, sin que ninguno de los dos bandos respondiera. «Esperamos que la conferencia sirva para poner fin a los combates y al continuo derramamiento de sangre, porque ya es hora de que acabe», apuntó.
Brahimi, por su parte, manifestó su deseo de que tanto el régimen como la oposición acudan al encuentro, denominado ‘Ginebra 2', para iniciar una «etapa transitoria para construir una nueva Siria». Advirtió de que el conflicto sirio supone el peligro más grande para la paz mundial, por lo que es urgente ponerle fin.
El enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe está realizando una gira internacional que le llevará hasta finales de este mes por una decena de países, entre ellos Siria e Irán, para preparar la conferencia. También tiene intención de viajar estos días a Catar y Turquía, donde se entrevistará con la oposición.
En septiembre pasado, el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, adelantó que acudiría a Ginebra, sin «precondiciones». Los opositores, sin embargo, se muestran reticentes a participar por la persistencia de la violencia. La CNFROS mantendrá un encuentro el jueves en Estambul para decidir su postura. Aun así, el Consejo Nacional Sirio, el grupo más importante dentro de la CNFROS, ya ha dicho que rechaza ir a Ginebra.
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