Manifestantes prorrusos asaltaron ayer la sede del Ministerio del Interior en la ciudad ucraniana de Lugansk (sureste), donde ya habían tomado horas antes los edificios del Gobierno y la Fiscalía, según las agencias locales.
Los policías atrincherados en el interior intentaron repeler al asalto con granadas aturdidoras, tras lo que frente a la comisaría apareció un grupo de hombres armados con fusiles automáticos que realizó varios disparos de advertencia contra el edificio y al aire. Varios activistas entraron en el edificio para exigir al jefe de la Policía de Lugansk, Vladimir Guslavski, que presente su dimisión, demanda que, según algunos medios, éste ya ha cumplido a cambio de que el inmueble sea desalojado.
El autoproclamado «gobernador popular» de Lugansk, Valeri Bolotov, ya anunció frente a la comisaría el nombramiento de Anatoli Naumenko como nuevo «jefe de la policía popular».
Seguidamente, la situación se calmó, pero cerca de un millar de personas siguen concentradas en la zona ondeando banderas de Rusia y de la república popular de Lugansk. Poco antes, los prorrusos tomaron la Fiscalía, cuyos empleados pudieron abandonar libremente el edificio, donde fue quemada la bandera ucraniana e izada la tricolor rusa, y frente al que los asaltantes ya han levantado una barricada.
La televisión
Además, varios hombres armados asaltaron el centro local de televisión, donde obligaron a los técnicos a que les dejaran hacer una declaración en directo.
Con todo, debido a la inoperancia policial, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, ordenó la destitución de los jefes de Interior en las regiones de Donetsk y Lugansk. Turchínov aseguró que la mayoría de policías en el sureste no son capaces de defender a la población de los «terroristas» y advirtió de que aquellos efectivos del orden que colaboren con los extremistas prorrusos deberán comparecer ante la Justicia.
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