Varios soldados holandeses introducen un ataúd con los restos de una víctima del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en un coche fúnebre en el aeropuerto de Eindhoven (Holanda). | ROBIN VAN LONNKHUIJSEN

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Un avión Hercules holandés y otro Boeing australiano con los restos de las víctimas del siniestro del avión comercial de Malaysia Airlines llegaron hoy a la base aérea de Eindhoven, en el sur de Holanda, procedente de Járkov, en Ucrania oriental.

El avión australiano, con 24 féretros a bordo, aterrizó a las 13:47 GMT y pocos minutos después lo hizo la aeronave militar neerlandesa, que ha transportado otros 50 cuerpos de los 298 fallecidos en la tragedia, según las imágenes retransmitidas en directo por la cadena públicas NOS.

Los reyes de Holanda, Guillermo-Alejandro y Máxima, junto con el primer ministro, Mark Rutte, y el resto del Gobierno, recibieron a los dos aviones, junto a la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Julie Bishop, en la pista de la base militar holandesa.

Allí también ondean a media asta las banderas de las nacionalidades de todas las víctimas fallecidas en el derribo del avión comercial malasio a causa del aparente lanzamiento de un misil desde el territorio de Ucrania oriental controlado por separatistas prorrusos.

Las aeronaves fueron recibidas por un destacamento militar de la base aérea, que con sus unidades escoltando a ambos lados de los aviones y haciendo el saludo militar, y al igual que el resto de las personalidades asistentes a la ceremonia guardaron un minuto de silencio.

La banda militar neerlandesa hizo sonar el himno «Last Post», reglamentario de los ejércitos de los países de la Commonwealth para los fallecidos.

Holanda vive hoy una jornada de duelo nacional, lo que no se convocaba en el país desde 1962, cuando murió la reina Guillermina, abuela del actual rey Guillermo-Alejandro, y en que se produjo un trágico accidente ferroviario en Harmelen que causó 93 muertos y 52 heridos.

Al mismo tiempo que los aviones aterrizaban en suelo holandés, las televisiones conectaron con la ciudad de Utrecht, en donde repicaban las campanas de las iglesias.

En la valla que rodea la base aérea de Eindhoven, ciudadanos holandeses colocaron flores en homenaje a las víctimas, cuyos féretros serán ubicados en uno de los hangares para después ser trasladados por carretera y en un convoy escoltado hasta la base militar de Hilversum, en el norte del país.

En Hilversum comenzará el proceso de identificación forense de las víctimas, que según avanzó Rutte podría llevar varios meses hasta ser completado.