Varias enfermeras liberianas trasladan a una víctima del ébola en Virginia, a las afueras de la capital Monrovia, en Liberia. | AHMED JALLANZO

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Sierra Leona y Liberia viven al borde de la ansiedad ante el desconocimiento sobre la enfermedad del ébola. Las calles de las dos capitales siguen tan transitadas como siempre, pero el ambiente ha cambiado, ya no se para tanto la gentes para ha hablar, para hacer un comentario, es más, la frase más repetida es «no me toques».

El ébola hace que se cambien incluso de costumbres. En el peor de los casos se llegó en Monrovia, capital de Liberia, donde un hombre estuvo horas tumbado en el suelo sin que nadie la atendiera. Sólo la presencia de sanitarios permitió llevárselo.

Ayer mismo, más de una veintena de personas se encontraban ingresadas en diversos hospitales de la ciudad nigeriana de Jos después de consumir grandes cantidades de sal por entender que esta ingesta podía bloquear el contagio del virus del ébola.

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La mayoría de los pacientes acudieron al hospital con hipertensión o diarrea después de que, por redes sociales, circulase un rumor sobre los supuestos efectos del consumo de sal. Un trabajador de los servicios médicos en uno de los hospitales explicó que la mayoría de las personas afectadas son mujeres y niños, según el periódico The Punch .

Recomendaciones

El Ministerio de Sanidad ha pedido a la población que se limite a seguir las recomendaciones del Gobierno y ha recordado que no existe cura conocida para la enfermedad. Las autoridades han recomendado a la ciudadanía incrementar sus niveles de higiene personal y limpieza y no comer carne de animales salvajes

El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, declaró el viernes el estado de emergencia a nivel nacional por el brote de ébola y desbloqueó 8,7 millones de euros para responder al brote.