Imagen de vídeo que muestra a los dos nipones, Yukawa y Goto, arrodillados junto a un terrorista del Estado Islámico con el rostro cubierto. | Reuters

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El Gobierno nipón condenó este sábado de manera tajante la supuesta ejecución de uno de los dos rehenes japoneses en manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que fue anunciada a través de un audio en internet por su compañero de cautiverio.

En una grabación difundida en Twitter por supuestos simpatizantes del EI, un día después de que se cumpliera el plazo de 72 horas dado por los yihadistas, el rehén Kenji Goto afirma que su compañero de cautiverio, Haruna Yukawa, ha sido ejecutado.

El audio, que está siendo verificado por el Gobierno nipón, fue subido a internet acompañado por una fotografía de Goto sosteniendo una instantánea de Yukawa, presuntamente degollado.

A los pocos minutos de su difusión, el Gobierno nipón calificó de «acto violento imperdonable» la ejecución y pidió la inmediata liberación de Goto.

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, compareció ante los medios pasada la 1.30 de la madrugada (05.30 GMT) y tras mostrar su «indignación» aseguró que su país «nunca se doblegará ante los terroristas».

«Japón seguirá contribuyendo en la lucha de la comunidad internacional a favor de la paz y en contra del terrorismo», añadió Abe tras la celebración de una reunión de emergencia de miembros del Gabinete para analizar la situación.

Además, el primer ministro insistió en que su Gobierno ahora está haciendo «todos los esfuerzos necesarios» para liberar al periodista japonés todavía en manos de los secuestradores.

El pasado martes la organización extremista publicó un vídeo con los dos rehenes en el que uno de sus combatientes daba un plazo de 72 horas a las autoridades de Tokio para que pagaran un rescate de 200 millones de dólares.

En esta nueva grabación, de 2 minutos y 52 segundos, Goto subraya que ya no es necesario el abono de esa cantidad para salvar su vida, porque ahora lo que el EI pide es la excarcelación de la extremista Sayida al Rishawi, detenida en Jordania.

Esta mujer iraquí fue condenada a muerte por un tribunal tras intentar llevar a cabo un ataque suicida contra un hotel en 2005 en Ammán, que no llegó a efectuar porque le falló el cinturón de explosivos.

Aunque no tardó en condenar la ejecución, el Gobierno nipón reveló más tarde que está estudiando la veracidad de la grabación, que, según el EI, ha sido recibida por el Ejecutivo de Tokio y la familia del periodista.

En este sentido, el ministro nipón de Defensa, Gen Nakatani, dijo que todo parece indicar que el rehén ha sido ejecutado pero que se estaba estudiando la autenticidad de la fotografía.

La madre de Goto, Junko Ishido, compareció inmediatamente después de conocerse la noticia y dijo que en el audio a su hijo «se le nota nervioso ante la proximidad de su ejecución» y que «no se puede ser optimista» ante esta situación.

Ishido, de 78 años, hizo el viernes un llamamiento ante los medios para pedir la liberación de su hijo, coincidiendo con el final del ultimátum dado por el grupo yihadista para su ejecución.

El periodista de 47 años se había desplazado al territorio sirio controlado por EI a comienzos del pasado octubre con la intención de cubrir el conflicto sobre el terreno, al igual que había hecho anteriormente en otras zonas bélicas.

El perfil de Yukawa, de 42 años, es mucho más confuso y lleva meses dando lugar a diversas especulaciones en los medios nipones desde que fuera secuestrado a mediados de agosto.

Nunca quedó muy claro qué hacía en Siria, aunque supuestamente ofrecía asistencia logística a un grupo rebelde implicado en la guerra civil siria y rival del EI.

Aunque no lo ha confirmado directamente, el Gobierno nipón ha dejado ver en todo momento que no tenía intención de pagar el abultado rescate que pedían los secuestradores.

Japón, un país con muy poca influencia y contactos en Oriente Medio, inició nada más conocerse el ultimátum del grupo yihadista una frenética actividad diplomática para conseguir el apoyo de los país de la región.

Según ha revelado la prensa nipona, los esfuerzos se centraron sobre todo en Jordania y Turquía, con la esperanza de que ayudaran a Tokio a llegar a autoridades religiosas y líderes locales que mediaran para liberar a los dos japoneses.

El jefe de la diplomacia de Japón, Fumio Kishiada, reveló tras conocerse la supuesta ejecución de uno de los rehenes que el Gobierno ordenará a todas sus embajadas que refuercen la seguridad de los ciudadanos japoneses en el exterior.