«Ahora, archivada también esta triste página, estoy de nuevo en el campo para construir, con Forza Italia y con el centroderecha, una Italia mejor, más justa y más libre», afirmó el antiguo «Cavaliere», título que perdió tras su condena por fraude fiscal en el «Caso Mediaset», en una nota remitida a los medios.
El empresario se ha deshecho en elogios hacia los «magistrados que han hecho su trabajo sin dejarse condicionar por la presión mediática», también hacia sus abogados, amigos, «los líderes políticos de todo el mundo» e italianos que «no han creído en el fango lanzado» contra su persona.
El Tribunal Supremo confirmó esta madrugada la sentencia de absolución dictada en segunda instancia por el Tribunal de Apelación de Milán en julio de 2014 y apelada por la fiscalía de esa ciudad el pasado noviembre.
«Juro que no me emborracho, pero esta vez sí, haremos un brindis», afirmó Berlusconi, tras conocer el fallo.
«Me he quitado un peso de encima. Y es una alegría, sin duda, pero también es un gran pesar pensar cómo las cosas habrían podido ser diferentes si no hubiera sido víctima de esta horrible persecución...», agregó, según los medios locales.
El líder de Forza Italia, que acaba de terminar su pena de un año de servicios sociales por fraude fiscal por el «Caso Mediaset», fue condenado en primera instancia por el Tribunal de Milán a 7 años de reclusión a la que se le sumaba, además, la de inhabilitación perpetua para el ejercicio de un cargo público.
La Justicia italiana le consideró, el 24 de junio de 2013, culpable de mantener relaciones sexuales con la joven marroquí Karima El Marough, apodada Ruby, cuando esta era menor de edad.
También le atribuyó cargos por abuso de poder, pues el tribunal sostuvo que hizo uso de su posición política cuando realizó una llamada a una comisaría de Milán para pedir la puesta en libertad de Ruby, que había sido detenida por un hurto.
Pero Berlusconi recurrió la sentencia y fue absuelto.
Con la condena de servicios sociales por fraude fiscal cumplida por el «Caso Mediaset» y con este episodio cerrado, el ex primer ministro está decidido a regresar al panorama político, fortalecer un partido que en los últimos meses se está viendo fragmentado y recuperar también su influencia en el Parlamento a la hora de tomar decisiones que determinen el futuro de Italia.
No obstante, deberá lidiar con la llamada «ley Severino» del Gobierno de Mario Monti, que no permite a Berlusconi presentarse a ninguna convocatoria electoral en Italia, ni europea por una lista italiana, durante seis años.
4 comentarios
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És que s'expressió de sa seua cara ja provoca. Mirau sa foto i digueu de què fan ganes.
Ya le tiraron una miniatura de la catedral de Milán a la cara destrozándole algunos dientes, pero se ve que no tuvo bastante y ahora quiere que le tiren el Coliseum de Roma. Los hay que no escarmientan.
Misterium fideii!...quines coses que pasen per Italia, ja pareix...Albopas!
uiiii k caricatura