«Propongo que nos reunamos, que no seamos huéfanos, en la Unión Azul, Blanca y Roja», ha afirmado Le Pen ante unos 300 simpatizantes durante un acto en Marsella en el que ha criticado la política de «demonización» de su hija y actual líder del FN, Marine Le Pen.
Con el nuevo partido, Le Pen pretende aglutinar a la extrema derecha, tanto la ajena al Frente Nacional como a elementos del propio FN. «Al Frente Nacional y a Marine Le Pen les será difícil rechazar nuestro planteamiento», ha afiramdo Jean-Marie Le Pen.
Sin embargo, la propuesta de confluencia choca los propios estatutos del FN, que prohíben tajantemente a sus miembros pertenecer a otras formaciones políticas distintas.
En una entrevista publicada por 'Le Figaro', Le Pen se ha reivindicado como el «jefe espiritual» del FN. «El líder espiritual de la FN soy yo», ha afirmado en la entrevista, publicada antes del anuncio de la formación de la Unión Azul, Blanca y Roja.
Le Pen ha aprovechado para criticar a la prensa y la difusión de la fotografía del niño sirio muerto en una playa griega. «El uso de la foto del niño muerto en la playa tiene la intención de tocar el corazón, la sensibilidad de las personas para que sean más permeables a la llegada de inmigrantes. Ese uso del cadáver del pequeño es despreciable», ha argumentado.
El comité ejecutivo del FN decidió en agosto expulsar a Le Pen, quien desde hace tiempo mantiene un duro tira y afloja con la formación y con su hija, que tomó las riendas del partido en 2011.
Para Le Pen, de 87 años, la responsable de su salida del partido no es otra que Marine. En declaraciones a la emisora RTL sostuvo que ella «no quería formar parte del pelotón de ejecución» pero lo dirigía «desde la distancia por teléfono» ya que sabía que participar en el comité ejecutivo le haría parecer una «villana».
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