En un comunicado transmitido por teléfono a la cadena BBC en Belfast, el grupo terrorista, opuesto al proceso de paz norirlandés, aseguró que esa acción forma parte de su campaña contra los «traficantes de droga y el crimen organizado», al tiempo que advirtió de que habrá más ataques.
El IRA de Continuidad (CIRA) confirmó que el asalto fue llevado a cabo por seis de sus miembros, cinco de los cuales irrumpieron en el hotel Regency del norte de Dublín vestidos de policía y de mujer, y mataron a David Byrne, de 33 años, quien estaba también fichado por las autoridades por su presunta relación con el crimen organizado.
Según la nota, Byrne había estado implicado en la muerte de Alan Ryan, líder de la facción disidente IRA Auténtico (RIRA) en el norte de la capital irlandesa, fue asesinado a tiros en septiembre de 2012 supuestamente por delincuentes relacionados con el tráfico de estupefacientes.
«Aunque no era miembro de nuestra organización, no vamos a cruzarnos de brazos y permitir que los traficantes de droga y criminales ataquen a republicanos», dijo el CIRA en el comunicado.
En el mensaje telefónico, un portavoz de esa escisión del IRA -en tregua desde 1998 y partidario del proceso democrático- aseguró que «las unidades del CIRA han recibido autorización» de su liderazgo para llevar a cabo «más operaciones militares» similares a la desarrollada el viernes en la capital de la República de Irlanda.
La Policía irlandesa (Garda) mantiene desde entonces puestos de control por toda la ciudad para tratar de apresar a los terroristas y ante el temor de que haya represalias por parte de bandas de crimen organizado.
En un primer momento, las fuerzas del orden consideraron la posibilidad de que el tiroteo del viernes fuese un ajuste de cuentas entre bandas de gángsters rivales que operan en Irlanda y en la Costa del Sol.
Sin embargo, las ametralladoras AK-47 utilizadas por los asaltantes en el hotel ya recordaron entonces a los ataques perpetrados por el IRA durante el pasado conflicto norirlandés y por sus escisiones disidentes.
Se cree que los dos heridos, uno de los cuales ha sido dado de alta del hospital en que estaba ingresado, eran amigos del muerto.
Según la última versión policial, cinco de los agresores habrían entrado en el hotel -tres vestidos de policía, uno de mujer con una peluca castaña y otro con una gorra- durante la sesión de peso de los púgiles previa al combate, que debía celebrarse el sábado pero que finalmente fue suspendido.
El sexto miembro de la banda supuestamente esperaba fuera en una furgoneta, que posteriormente se encontró en llamas en otra parte de Dublín.
La Garda ha adelantado que contactará con Interpol y Europol para ampliar la investigación del caso, así como con sus agentes en España.
El suceso ha suscitado especial atención debido a que ocurrió ante un público de 300 personas y por los disfraces de los asaltantes.
Un vídeo colgado en internet muestra el momento en que uno de los boxeadores deja el podio tras ser examinado, tras lo cual se oyen los tiros y el púgil y el resto de los asistentes huyen despavoridos de la sala.
El promotor de este evento deportivo, anunciado como un «Choque de Titanes», es la compañía MGM, propietaria de un gimnasio en la turística localidad de Puerto Banús, en Málaga.
El combate estrella de esta cita de boxeo era el que tenían previsto disputar el irlandés Jamie Kavanagh y el portugués Joao Bento para decidir el título europeo del WBO en la categoría de peso ligero.
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