Según la corte, el testimonio de varios empleados demuestra «unas condiciones laborales improcedentes en la residencia del primer ministro como resultado de la conducta y actitud de la señora Netanyahu». «Esto incluye demandas exageradas, insultos, humillaciones y arrebatos», ha recogido el veredicto.
Antes de la vista, Sara Netanyahu afirmó que mantiene una excelente relación con sus empleados y que los trata con «educación», tildando las acusaciones de calumnias y mentiras. Pero el tribunal israelí ha concluido que las declaraciones de la acusada contradicen las «evidencias» presentadas.
La mujer de Netanyahu dirige la casa de manera «arrogante» y los testigos han sido persuasivos y creíbles, ha recogido la sentencia.
Uno de los afectados, Meni Naftali, que presentó una demanda en 2014, trabajó como conserje en la residencia Netanyahu hasta 2012, tras permanecer año y medio en el puesto. Naftali denunció que había sido víctima de continuas reprimendas de la esposa del primer ministro israelí. En una ocasión, señaló que su jefa le llamó a las 03:00 horas para reprenderle por haber comprado leche empaquetada en plástico en lugar de en cartón.
A pesar de que la oficina del primer ministro desestimó las acusaciones de Naftali, tachándolas de «malintencionadas y chismosas», el tribunal ha dado la razón al conserje, que recibirá una cuantiosa indemnización. En total el demandante recibirá 80.000 shekels (19.000 euros) por daños emocionales, 75.000 shekels (17.000 euros) por no cumplirse un compromiso de permanencia y otros 15.000 shekels (3.500 euros) para cubrir las costas.
Otros casos
En 2012, un ama de llaves denunció el trato abusivo de la mujer de Netanyahu, aunque el proceso se resolvió como un acuerdo entre las partes. Sara Netanyahu ha protagonizado multitud de titulares sobre lo que el portavoz de la familia considera una inmerecida reputación.
«La residencia del primer ministro, a pesar de sus complejidades inherentes, debería dar ejemplo sobre cómo se han de proteger los derechos de los trabajadores», ha afirmado el tribunal, remarcando que «los empleados domésticos eran obligados a trabajar durante largos períodos» y que el número de reemplazos en el personal había sido elevado.
En todo caso, la sentencia no parece que vaya a afectar políticamente a su marido, que se encuentra en su tercer mandato como primer ministro de Israel.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.