La policía alemana trata de controlar una manifestación antifascista. | Reuters

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El Gobierno alemán advirtió este martes del aumento del extremismo de derechas en el país, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, ya que además de subir el número de militantes es mayor el peligro de que surjan estructuras terroristas en ese espectro.

La disposición a la violencia entre la ultraderecha ha aumentado «en proporciones exorbitantes», admitió el ministro del Interior, Thomas de Maizière, al presentar el informe anual del departamento de Protección de la Constitución, los servicios secretos de su ministerio.

Tras años de descenso, en 2015 se observó un incremento del número de militantes de los círculos de ultraderecha, que alcanzaron los 22.500 individuos, frente a los 21.000 del ejercicio anterior.

La mitad de ellos se considera además que están «dispuestos» o al menos «orientados» hacia la violencia, según el informe.

«El peligro de que surjan nuevas estructuras terroristas es creciente», afirmó el ministro, quien destacó el crecimiento de la violencia xenófoba y especialmente la que toma como objetivo a los refugiados.

De Maizière hizo hincapié en que en esas cifras de ultraderechistas no se incluye a los militantes de la populista Alternativa para Alemania (AfD), un partido en plena efervescencia política que ha aglutinado el voto protesta contra los refugiados.

«Hay elementos ultraderechistas en sus filas, pero ni el conjunto del partido ni su programa se consideran dentro de esa órbita», dijo el ministro.

El cómputo de delitos atribuibles a la ultraderecha se situó en 20.525 casos -frente a los 15.569 de 2014-, de los cuales una mayoría -12.154- estuvieron relacionados con actos de propaganda.

Los actos violentos se dispararon de los 990 de 2014 a los 1.408 del año pasado, de los cuales 918 fueron de carácter claramente xenófobo, mientras que el resto se dirigió contra militantes izquierdistas o políticos y organizaciones consideradas por este espectro como «enemigos».

«Esto es una vergüenza para Alemania», reconoció el ministro, quien presentó estas cifras acompañado por el jefe del departamento Federal de Protección de la Constitución, Hans-Georg Maassen.

La disposición a la violencia ha crecido también en «intensidad», indicó Maassen, quien advirtió de que se alcanzan niveles de «brutalidad».

El informe de su departamento incide asimismo en el crecimiento del extremismo de izquierdas y su disposición a la violencia, aunque en ese caso, destacó Maassen, más que un aumento cuantitativo hay un incremento en la «intensidad» de los actos violentos.

El número de delitos atribuidos al extremismo de izquierdas se situó en 2015 en 5.620 -frente a los 4.424 del año anterior- y su objetivo prioritario fueron la policía, instituciones públicas o símbolos del Estado.

Tanto el ministro como el jefe de los servicios secretos de Interior destacaron que el crecimiento de la violencia ultraderechista coincidió con la crisis migratoria y la llegada masiva de refugiados al país.

El año pasado, Alemania recibió a 1,1 millones de peticionarios de asilo, cifra cuatro veces mayor que la de 2014 y todo un récord en la historia reciente del país, tras la registrada en 1992, con el conflicto de los Balcanes, que se situó en 480.000 refugiados.