Un grupo de mujeres disfruta de una playa enfundadas en 'burkinis'. | flickr

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El primer ministro francés, Manuel Valls, apoyó este miércoles los vetos que se han dictado en varias localidades del país contra el 'burkini', pero descartó que el Gobierno vaya a lanzar una legislación al respecto.

«La reglamentación general de prescripciones vestimentarias no puede ser una solución», indicó en una entrevista concedida al diario «La Provence».

En las calles francesas está vetado el burka, que cubre todo el rostro, y el niqab, que solo deja ver los ojos, mientras que el velo y signos religiosos considerados llamativos están prohibidos en centros educativos de primaria y secundaria para los funcionarios de la Administración.

El debate sobre el 'burkini' (bañador para musulmanas que cubre todo el cuerpo, excepto cara, manos y pies) comenzó a principios de mes con la cancelación de una jornada exclusivamente para mujeres en un parque acuático cerca de Marsella, en las que se recomendaba su porte, y se ha extendido con las prohibiciones de esa prenda en Cannes, Villeneuve-Loubet, Sisco y próximamente Le Touquet.

«Entiendo a los alcaldes que, en este momento de tensión, tienen el reflejo de buscar soluciones, de evitar problemas de orden público. Apoyo por lo tanto a quienes han lanzado decretos si están motivados por la voluntad de instar a la cohabitación, sin dobles intenciones políticas», dijo Valls.

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Para el primer ministro, el «burkini» «no es una nueva gama de trajes de baño, una moda. Es la traducción de un proyecto político, de contrasociedad, fundado principalmente sobre la esclavitud de la mujer».

«No acepto esa visión arcaica. Está la idea de que, por naturaleza, las mujeres serían impúdicas, impuras, que deberían por lo tanto estar totalmente cubiertas. Esto no es compatible con los valores de Francia y de la República», señaló en «La Provence».

El jefe del Ejecutivo estimó que los musulmanes de Francia son rehenes de esos grupos que abogan por el uso del 'burkini', y animó a los ciudadanos de esa confesión a rechazar esa «visión mortal del islam».

Valls defendió que la laicidad «no es la negación de las religiones», sino la protección de la libertad de culto, y antes de extender nuevas leyes sobre esa polémica prenda, abogó por hacer cumplir con firmeza la legislación en vigor sobre el velo integral.

«Las autoridades musulmanas deben también condenar los actos de provocación que crean las condiciones de una confrontación», añadió en un momento en que en Cannes ya se han dictado cuatro multas contra mujeres que llevaban el 'burkini'.