Fachada del emblemático Riviera, que pasa a manos de Iberostar, convirtiéndose en su segundo hotel en La Habana. | Juan Luis Ruiz Collado

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Las cadenas hoteleras mallorquinas con presencia en Cuba no van a paralizar sus planes estratégicos expansivos en esta isla caribeña. La muerte del comandante Fidel Castro se considera como un hecho consumado y que estaba ya previsto por el régimen castrista, de ahí que no habrá ningún cambio en la política turística del Gobierno cubano.

En estos momentos, Meliá, Be Live (Globalia), Iberostar, Barceló, Blau, Valentín y Roc suman cerca de 60 hoteles, con un total de más de 52.000 camas. Su número va creciendo mes a mes, ya que las cadenas quieren mejorar su cuota de mercado ante los cambios que se avecinan en materia económica y política.

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Tranquilidad

Los representantes y directivos de las cadenas mallorquinas se mostraban este sábado más que tranquilos, pese a las imágenes que llegaban de Miami con manifestaciones celebrando la muerte del comandante Fidel Castro.
«No habrá cambios y la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos se ve con expectación.

El Gobierno que preside Raúl Castro tenía ya prefijada la hoja de ruta a seguir sin Fidel. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, gracias al presidente Barack Obama, ha abierto un camino impensable hace tres años, el cual tiene que culminar Donald Trump, quien ayer fue más que escueto al anunciar la muerte de Fidel Castro.