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La participación en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia alcanzó el 65,30 % a las 17.00 hora local (15.00 GMT), un descenso considerable de cuatro puntos porcentuales con respecto al 69,42 % de franceses que habían votado a la misma hora en la primera ronda el pasado 23 de abril.

Según los datos facilitados por el ministerio del Interior, la participación es también sensiblemente inferior a la de la segunda vuelta de 2012, cuando ya había votado el 70,59 % de los ciudadanos con derecho a voto, en unas elecciones que acabaron en casi el 80 %.

Con respecto a las presidenciales de hace diez años, el porcentaje de electores cae todavía con más fuerza, ya que a las cinco de la tarde el 73,87 % de los franceses habían sufragado entonces.

El número de votantes hoy tampoco supera por ahora a la anterior vez (2002) en que un candidato de la extrema derecha -en aquella ocasión Jean-Marie Le Pen, padre de la hoy candidata Marine Le Pen- llegó a la segunda vuelta, cuando era del 67,60 % en este momento.

Era el 5 de mayo de 2002 y en las urnas se enfrentaban el conservador Jacques Chirac y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen.

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Según las previsiones del instituto demoscópico Ifop, la participación final en esta segunda ronda se cerrará en torno al 75 %, mientras que el instituto Ipsos la sitúa en un 74 %.

Desde 1969, la segunda vuelta de las presidenciales lleva a más gente a las urnas que la primera.

Los colegios electorales se cerrarán en los pueblos y las ciudades pequeñas a las 19.00 (17.00 GMT), y en las mayores localidades del país lo harán una hora más tarde.

Los departamentos que a esta hora registran una menor afluencia de votantes son los de Córcega del Sur, con 53,6 %, y Córcega del Norte, con 56,4 %, que votaron en favor de Le Pen hace dos semanas, y el de Seine Saint Denis, con 54,6 %, que apoyó mayoritariamente al izquierdista Jean-Luc Mélenchon en primera vuelta.

Precisamente, el líder del movimiento La Francia Insumisa ha sido muy criticado al no haber desvelado todavía el sentido de su voto, algo que el socioliberal Emmanuel Macron ha considerado que podía beneficiar a la ultraderechista Le Pen.