Kim hizo este año 94 de las ya famosas visitas de «orientación sobre el terreno» que suelen realizar los líderes del régimen Juché a fábricas, explotaciones agrícolas o instalaciones militares y que son ampliamente publicitadas por los medios estatales.
La cifra contrasta con las 133 que llevó a cabo el año pasado, según mostraron datos publicados por el Ministerio de Unificación surcoreano y analizados por la agencia de noticias Yonhap.
«Esto indica que el régimen ha sido controlado de manera estable y Kim ha fortalecido su apoyo interno, reduciendo así la necesidad de actividad pública», explicó el viceportavoz del Ministerio de Unificación de Seúl, Lee Eugene, en declaraciones recogidas por Yonhap.
Los tours militares constituyeron un 44 por ciento de las salidas, mientras que las actividades relacionadas con la economía fueron un 27 % del total, aunque durante los meses de julio y agosto no hubo ninguna actividad de este tipo, ya que el líder se centró en las pruebas armamentísticas.
Durante este año, Pyongyang llevó a cabo a su sexta y más poderosa prueba nuclear y lanzó varios misiles balísticos intercontinentales, el último el pasado noviembre, con capacidad de alcanzar Estados Unidos.
Los datos muestran que desde 2013, cuando Kim realizó 212 apariciones públicas, el número se ha reducido de forma progresiva.
Jo Yong-won, un vicedirector del comité central del Partido de los Trabajadores, ha sido la figura que más ha acompañado -en 34 ocasiones- a Kim en sus apariciones, algo que los estudiosos consideran que podría indicar que el líder ha dedicado este año más atención al partido único que al ejército.
El que era considerado como número dos del régimen, Hwang Pyong-so, y que ocupaba el primer puesto en la comitiva de Kim, lleva sin realizar ninguna aparición pública dos meses, por lo que se especula que ha podido ser purgado.
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