El documento -a cargo de la abogada Laura Cox, exjueza del Tribunal Superior de Londres- desvela una cultura de la «deferencia, sumisión, aquiescencia y silencio» que permitió que se extendieran estos acosos contra miembros y trabajadores de los Comunes.
La investigación, encargada por las autoridades de la Cámara Baja a raíz de una indagación de la cadena BBC a principios de este año, observó problemas «graves» en los procedimientos para responder a este tipo de actitudes contra el personal.
La letrada subrayó en su análisis la necesidad de un cambio de actitud en los Comunes y describió a la Cámara como «un claro recordatorio» de lo mal que solían hacerse «las cosas» a la hora de actuar contra este problema.
«Una conducta abusiva de este tipo es predominante y ningún lugar de trabajo está inmune, pero la cultura que ha podido apoderarse de la Cámara de los Comunes y los mecanismos ineficaces para lidiar con ella, hacen que este sea un caso particularmente grave», señala la abogada en su documento.
Cox fue designada para esta pesquisa después de que una investigación del programa Newsnight de la BBC sacara a la luz a principios de año denuncias contra varios diputados, incluido el presidente de la Cámara, John Bercow, que supuestamente acosó a su antiguo secretario, si bien este lo niega.
No obstante, la exjueza, que se retiró en 2016, reconoció que resulta «difícil prever» cómo se pueden encontrar soluciones que eviten nuevos casos en el futuro.
Además de intimidación, Cox dijo haber hallado supuestos de acosos sexuales de actuales parlamentarios y exdiputados contra el personal femenino.
Entre las denuncias figuran comentarios sobre la forma de vestir de las mujeres y sus «atributos físicos», así como casos en que algunas de ellas fueron centro de las bromas por parte de diputados.
También se denunció que hombres tocaban la cabeza de las mujeres, mantenían una mano sobre las rodillas de ellas durante un periodo incómodo de tiempo o trataban de besarlas o abrazarlas, además de recibir comentarios vulgares de algunos de ellos. «Trabajar allí es, para muchos, un privilegio -ya sea como miembro del personal de la Cámara o como miembro elegido del Parlamento (diputado)- y hay una expectativa de lealtad a la institución a la que sirven», señaló la abogada.
«Un comportamiento inaceptable de algunos -añade-, ya sea miembros elegidos o personal de la Cámara, inflige un daño a todos y perjudica la legitimidad y autoridad de la Cámara de los Comunes».
Actualmente, se espera la culminación de otra pesquisa similar y en julio los diputados apoyaron la elaboración de un nuevo código de conducta, aún por concretar.
Un portavoz de los Comunes señaló hoy que la intimidación y el acoso no deben tener lugar en el Parlamento. «El bienestar de nuestra gente será siempre nuestra prioridad», precisó, para añadir que «los resultados de esta investigación serán tenidos muy en cuenta».
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