Tanto el candidato del AKP, Binali Yildirim, ex primer ministro y mano derecha del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como su rival, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, reivindicaron hoy haber ganado el bastón de mando.
Yildirim proclamó este domingo su victoria, cuando aún faltaban urnas por abrir, pero se retractó a medias esta mañana, al reconocer que los resultados preliminares de la Comisión Electoral le dan unos 23.000 votos de ventaja a su competidor.
Sin embargo, subrayó que exigirá un recuento detallado de unos 319.500 votos inválidos, una cantidad lo suficientemente grande como para poder inclinar la balanza hacia su lado, en caso de que una mayoría le fueran favorables.
Mientras no se realice este recuento y hasta que la Comisión Electoral se pronuncie de forma definitiva, el AKP considera ganador a Yildirim, dijo el presidente del partido en Estambul, Bayram Senocak.
Pese a ello, todos los medios de comunicación turcos, incluso los oficialistas, cambiaron ya esta mañana en sus mapas la provincia de Estambul al rojo, el color del Partido Republicano del Pueblo (CHP), una vez que la Comisión Electoral anunciara la ventaja de un 0,18 puntos porcentuales, según resultados preliminares.
En la formación opositora se muestran convencidos de que así se mantendrá también tras la revisión de los votos inválidos y que muy pronto Imamoglu, un economista de 49 años, podrá ocupar la alcaldía estambulí tras 25 años de gobierno islamista.
De hecho, fue el propio Erdogan quien gobernó de 1994 a 1998 esta ciudad, que se convirtió para él en el trampolín de su meteórico ascenso hasta el máximo poder en Turquía.
El hecho de congregar una quinta parte de la población del país y casi un tercio de su Producto Interior Bruto (PIB) hace que la pérdida de Estambul, si se confirmara, sea algo más que un golpe de imagen para el presidente y su partido.
A esto se suma la derrota sin tapujos en Ankara, donde el candidato del CHP, Mansur Yavas, se impuso a su rival, el exministro Mehmet Özhaseki, con una ventaja del 3,8 puntos porcentuales.
Pese a ganar la mayoría de los 25 distritos de la capital, y de estar muy lejos de su competidor en los tres que ha perdido, el AKP anunció también que pedirá revisión de todos los resultados.
Sin embargo, el mapa de alcaldías de las capitales de provincia ha cambiado en más aspectos: el rojo del CHP, que antes se limitaba a la costa egea de Anatolia, se estira ahora a lo largo de toda la costa mediterránea.
Los socialdemócratas, de tradición laica y nacionalista, se hacen así con la ciudad turística de Antalya y los importantes núcleos industriales de Adana y Mersin, además de tres provincias habitualmente conservadoras de la costa del Mar Negro.
En total, contando Estambul, el CHP dirige ahora las alcaldías de 21 provincias, frente a los 14 que conquistó en 2014, un avance que se ha hecho posible por su estratégica alianza con el partido nacionalista IYI, que representa la derecha moderada y que ha respaldado al CHP en municipios clave.
Curiosamente, otro ganador en alcaldías, pese a perder la mitad de sus votos, es el ultraderechista MHP, aliado con el AKP.
El perdedor de la jornada electora del domingo es sin duda el izquierdista y pro kurdo HDP, que se congratula, por una parte, del avance del CHP al que ha respaldado en la campaña, pero que ha tenido que ceder al AKP tres provincias en el sureste, su feudo tradicional.
Otra provincia, la siempre muy izquierdista Tunceli, en Anatolia central, ha hecho historia a su manera: será la primera capital provincial de Turquía gobernada por un alcalde comunista.
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