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Polémica racista en Texas (EEUU). La fotografía de dos agentes de policía a caballo trasladando atado a un hombre negro detenido por entrar sin permiso en una propiedad privada han traído a la mente viejos y aciagos recuerdos, y ha generado una avalancha de críticas que el cuerpo policial de Galveston se ha visto obligado a explicar y a atajar.

Los agentes Brosch y Smith trasladaban al arrestado, Donald Neely, a una comisaría de Policía tras ser sorprendido cometiendo el acto ilícito. La congresista demócrata Adrienne Bell ha sido una de las más duras con esta situación, y en una publicación en Twitter se preguntaba «por qué estos oficiales sintieron que este joven necesitaba una correa, ya que estaba esposado y caminando entre dos oficiales montados».

«Es una escena que ha provocado enojo, asco y preguntas en la comunidad. Estaremos atentos a la respuesta del Departamento de Policía de Galveston, a su investigación sobre este asunto y la responsabilidad de los oficiales involucrados», dice. La política también se pregunta si este hecho es un caso aislado, y si otros colegas de los mencionados agentes utilizan las mismas técnicas de traslado de los detenidos.

Por su parte, las autoridades defendieron que el hombre no caminaba atado, sino esposado como marca el protocolo. Eso sí, a las esposas los agentes colocaron una cuerda con la que lo conducían sin bajarse de sus monturas.

Con todo, el jefe de policía de Galveston se ha disculpado públicamente ante el detenido, porque sus subordinados lo sometieron a un trato inadecuado y lo sometieron injustificadamente al escarnio y la burla.