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Un juez argentino envió este viernes a juicio a la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) y al resto de imputados de la conocida como «causa de los cuadernos», en la que se investiga si la actual candidata a la vicepresidencia encabezó una red de sobornos de empresarios de la obra pública a altos funcionarios de su Gobierno.

Según informaron fuentes jurídicas a Efe, el magistrado Claudio Bonadio decidió clausurar la instrucción y elevar a juicio el caso, en el que Fernández -senadora desde 2017- está acusada de los delitos de asociación ilícita, en calidad de jefa, y cohecho pasivo.

Además, el juez, como ya ha hecho otras veces, solicitó al Senado que debata y apruebe el desafuero de la exmandataria, con el fin de que sea detenida y cumpla con la prisión preventiva que ya ordenó sobre ella cuando dictó su procesamiento el 17 de septiembre del año pasado. Al igual que en el resto de ocasiones, no se espera que ese pedido fructifique en la Cámara alta, al estar dominada por el peronismo, al que Fernández pertenece.

La causa, de la que se desprenden varios expedientes, se destapó en agosto de 2018 cuando una investigación periodística desveló los cuadernos que durante más de una década elaboró un chófer ministerial, Oscar Centeno, en los que supuestamente detalló los viajes que hacía por Buenos Aires para entregar bolsas con millones de dólares a funcionarios kirchneristas.

Este juicio, que afecta no solo a destacados exaltos cargos, sino a algunos de los más importantes empresarios del país y que todavía no tiene fecha, se suma a la decena de causas en las que la exmandataria ya está procesada -la mayoría por presunta corrupción- y se produce en plena campaña electoral para las presidenciales del 27 de octubre, a las que Fernández y su candidato a la presidencia, Alberto Fernández, llegan como favoritos.

En su resolución sobre la llamada «causa madre», Bonadio sentará en el banquillo a la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) -fallecido en 2010- y a otros 52 imputados más, entre funcionarios como el exministro de Planificación Federal Julio de Vido -encargado máximo de la política de licitación de obras y ya en prisión desde 2017- y empresarios como Ángelo Calcaterra, primo hermano del actual presidente, Mauricio Macri.

Fernández, que retornó la pasada madrugada de Cuba -país al que viaja regularmente para visitar a su hija Florencia, que es tratada allí por diversos dolencias- ya enfrenta desde finales de mayo pasado su primer juicio por presuntas irregularidades en la concesión de obra pública durante su mandato.

En la «causa de los cuadernos», Bonadio -juez al que la propia expresidenta ha recusado en diversas ocasiones, convencida de ser víctima de una injusta persecución política y judicial- apunta a que el matrimonio Kirchner fueron «los jefes» de ese «sistema ilegal de recaudación» en el ámbito del Ministerio de Planificación y los «beneficiarios finales» de los sobornos.

En los presuntos cuadernos de Centeno -no se conservan los originales, solo fotocopias- el chófer daba cuenta de los viajes que presuntamente hacía a la residencia presidencial y al apartamento privado de los Kirchner en Buenos Aires para llevar dinero recaudado.