El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha presentado este martes por la mañana su dimisión ante el presidente del país, Sergio Mattarella, que ha abierto ya una ronda de contactos con los distintos partidos políticos para, a partir de este miércoles, decidir el camino a seguir.
Conte ya había adelantado que presentaría su dimisión ante Mattarella al término de un Consejo de Ministros convocado este martes a primera hora. La Presidencia ha confirmado que así ha sido, si bien el primer ministro seguirá en funciones hasta que se aclare el escenario político.
Conte no se ha pronunciado públicamente al término de su reunión con el jefe de Estado, que ha durado una media hora, según la agencia Adnkronos. En su encuentro con los ministros, de unos 40 minutos, ha agradecido al equipo que le ha acompañado durante esta última etapa, en la que ha tenido como principales apoyos al Movimiento 5 Estrellas (M5S) y el Partido Democrático (PD).
A la espera del resultado de la ronda de consultas que comenzará el miércoles por la tarde, tanto el M5S como el PD han dejado claro que son partidarios de un 'Conte ter', como se conoce en la prensa al que sería el tercer gabinete liderado por el jurista y profesor.
El líder del PD, Nicola Zingaretti, ha reiterado su lealtad a Conte para que lidere «un gobierno claramente europeísta y sostenido por una amplia base parlamentaria, que garantice credibilidad y estabilidad para afrontar los grandes retos a los que se enfrenta Italia».
También el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, del M5S, ha abogado por estar «en torno a Giuseppe Conte», «sin dudas» y «con determinación». En este sentido, ha recordado que el país atraviesa «uno de los peores momentos de su historia debido a la pandemia» de COVID-19, por lo que considera «absurdo» forzar una nueva crisis «por el egoísmo de algunos».
El detonante de la crisis ha sido precisamente la división en el seno de la coalición, en particular después de que las discrepancias en torno al destino de los fondos de recuperación europeos colmasen la paciencia del ex primer ministro y líder de Italia Viva, Matteo Renzi, que decidió el 13 de enero romper la alianza y sacar a sus dos ministras.
Ya sin Italia Viva, Conte logró superar sendas mociones de confianza en la Cámara de Diputados y el Senado, pero el temor a una derrota esta semana en la Cámara Alta le habría llevado a adelantarse y poner su cargo a disposición de Mattarella, que debe decidir ahora a quién encarga la formación de gobierno.
Además de la opción de recurrir de nuevo Conte, cabe también la posibilidad -aparentemente lejana- de que se negocie una mayoría alternativa o que incluso se plantee una administración liderada por un tecnócrata, como ya ocurrió en 2011 con Mario Monti. Si no hay acuerdo, Italia se vería abocada a convocar elecciones anticipadas.
El M5S y el PD ya se han expresado en contra de esta posibilidad, a favor de la cual hablan, entre otros, el líder de la Liga, Matteo Renzi. No en vano, su partido figura como favorito en todos los sondeos recientes sobre intención de voto y tiene opciones de encabezar un futuro gobierno de derechas tras su etapa como ministro del Interior en el primer gabinete de Conte.
Desde el partido conservador italiano Forza Italia, su líder, Silvio Berlusconi, ha planteado la opción de un gobierno de «unidad nacional» o, como alternativa, la convocatoria de elecciones anticipadas como salida a la crisis política que vive el país, aunque el martes aseguró que aún no se habían producido contactos.
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