Detenida en abril de 2018, Mack admitió un año después su culpabilidad en dos cargos de crimen organizado y conspiración para crimen organizado, además de expresar su arrepentimiento y pedir perdón a las víctimas de la secta.
La Fiscalía también informó de que la intérprete deberá pagar un multa de 20.000 dólares (cerca de 17.000 euros al cambio actual).
Días antes de la sentencia Mack dirigió una carta al juez en la que escribió: «Ahora es de suma importancia para mí decir, desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho». «Me entregué a las enseñanzas de Keith Raniere con todo lo que tenia. Creía, de todo corazón, que su mentoría me estaba llevando a una mejor versión más ilustrada de mí misma. Dediqué mi lealtad, mis recursos y, en última instancia, mi vida a él. Este fue el mayor error y el mayor arrepentimiento de mi vida», dijo.
Su madre, sus hermanos y varios amigos y allegados escribieron también sendas cartas al magistrado para interceder por la acusada.
Raniere fue sentenciado el pasado octubre por un tribunal de Nueva York a 120 años de prisión por aprovechar el supuesto grupo de autoayuda que había fundado para abusar sexualmente de una larga lista de mujeres.
En el caso han estado implicadas, además de Mack, varias personalidades destacadas como la heredera del imperio licorero Seagram's, Clare Bronfman, que el pasado septiembre fue condenada a seis años y nueve meses de prisión, después de declararse también culpable.
Raniere fue detenido en México en marzo de 2018, tras ser acusado formalmente en un tribunal de Nueva York de tráfico sexual y de conspirar para tráfico sexual y para obligar a trabajo forzoso.
En 1998, este supuesto gurú de la motivación personal creó la organización Programas Ejecutivos de Éxito, a través de la cual impartía talleres de cinco días por los que cobraba hasta 5.000 dólares (4.200 euros).
Años más tarde fundó Nxivm, la secta que estableció al norte de la ciudad de Nueva York y donde obligaba a los asistentes a tomar clases adicionales a mayor precio y a traer a otras personas para «ascender» dentro de los rangos internos de la organización y así obtener privilegios.
La historia tomó un giro aún más oscuro cuando en 2015 Raniere formó una sociedad secreta dentro de Nxivm llamada «DOS», supuestamente «para empoderar a las mujeres y erradicar las debilidades del programa de estudios».
Estas mujeres se convertían finalmente en sus esclavas sexuales, eran forzadas a realizar tareas domésticas y marcadas a fuego con las iniciales del líder de la secta en una dolorosa ceremonia sin anestesia en las que se les cauterizaba la piel en una zona cercana al pubis.
Además, las víctimas de Nxivm eran extorsionadas con información comprometedora sobre amigos y familiares, fotografías de desnudos y derechos sobre las pertenencias que ellas mismas aportaban. Por eso, muchas tenían temor de dejar el grupo o no obedecer, según la acusación.
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