Así lo ha afirmado la vicepresidenta Delcy Rodríguez tras la muerte de dos menores de edad en la frontera del país vecino. En varios vídeos, difundidos en las redes sociales, se les puede observar siendo detenidos y amarrados en una tienda en una población del departamento colombiano de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.
En ningún momento las personas que los retienen aparentan ser miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Horas después sus cuerpos fueron hallados tiroteados, y la indignación corre como la pólvora en su país de origen.
La versión oficial apunta que un niño de 12 años y un joven de 18, ambos presuntamente venezolanos, fueron sorprendidos mientras supuestamente intentaban robar en una tienda en Tibú, Colombia, cerca de la frontera con Venezuela. Los comerciantes los retuvieron con la intención de entregarlos a la policía, pero unos hombres en motocicleta y armados se los llevaron. Sus cuerpos aparecieron horas después tirados en un camino, con las manos atadas y heridas de bala. En el menor se apreciaba un cartel que decía 'ladrón'.
El doble crimen ha llegado hasta las Naciones Unidas, que ha condenado el suceso. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha afirmado que elevará el caso ante el organismo internacional por el «asesinato de niños». Hasta ahora los cuerpos de las víctimas no han podido ser identificados, y no han sido reclamados por ningún familiar.
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