El avance de la invasión de Rusia a Ucrania preocupa especialmente a los pequeños estados bálticos que, en las décadas precedentes, abandonaron la esfera soviética en la cual permanecieron tras la Segunda Guerra Mundial, y con el tiempo han sido admitidos en los clubes más exclusivos de las potencias occidentales: la Unión Europea (UE) y la OTAN. Ahora, con el poderío bélico ruso desatado, los gobiernos de Letonia, Lituania y Estonia miran con recelo el transcurso de los acontecimientos al tiempo que urgen a sus socios a poner tierra de por medio entre ellos y los soldados de Vladímir Putin.
Las palabras del secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, no pudieron ser más explícitas al reconocer este jueves que «la paz en nuestro continente se ha roto». La organización intergubernamental ha respondido a la invasión, de momento, con un compromiso de reforzar sus medidas de disuasión y defensa. Por ejemplo más de 100 aviones de guerra permanecerán de ahora en adelante en alerta máxima y aumentará aún más la presencia de tropas en el frente más oriental.
Es la primera respuesta por parte de la organización a la petición urgente de estos estados poco después de iniciarse la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En concreto, los dirigentes de Letonia, Lituania y Estonia han apelado rápidamente a poner en marcha el artículo 4 del Tratado Atlántico Norte: «Tenemos que estar preparados ante una impredecible ola migratoria, ciberataques y campaña de desinformación por parte rusa», afirmó el Ministerio de Exteriores letón, a través de un comunicado.
Para la primera ministra estona, Kaja Kallas, el desafío de Putin «es una amenaza para el mundo entero y para todos los países de la OTAN». En este momento crítico debe prevalecer «la unidad». Lo cierto es que en la región hace semanas que se han tomado medidas. Muestra de ello es el refuerzo de los efectivos militares por parte de otro Estado, en este caso Suecia, en la isla de Gotland, también en pleno mar Báltico, cuando la situación entre Rusia y Ucrania no iba más allá de un cierto incremento de la tensión fronteriza.
Otro de los aspectos en los que han hecho énfasis los gobiernos de los socios bálticos de Estados Unidos y las potencias europeas es la campaña de fake news y de ciberataques contra sistemas y estructuras de comunicación que son sensibles para Ucrania en el actual contexto de confrontación armada. Hay que decir que en las semanas precedentes ya se han llevado a cabo ciberataques a gran escala con objetivos en ministerios y el propio ejército ucraniano, según han denunciado en cada caso las autoridades de Kiev. Sin embargo, Moscú se ha desmarcado hasta ahora de todos esos intentos de ganar ventaja por medio de técnicas que no son las tradicionales en el arte de la guerra.
2 comentarios
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No, el próximo sera Moldavia, los otros países mencionados tendrán cuidadin, pues están en la OTAN. Ya tenemos otro Hitler moderno, pero Hitler al fin y al cabo.
La ocupación por parte del Imperio Ruso de las repúblicas bálticas viene de tiempos de los zares. Teniendo la Federación Rusa, Kaliningrado, pueden dormir tranquilos que Putin no los necesita absolutamente para nada...