Frente a las altas rejas que rodean este imponente palacio, que tiene forma de castillo, miles de ciudadanos, entre ellos algunos turistas, han depositado ramos de flores y tarjetas, en las que se podía leer «Gracias Su Majestad por su servicio» o «Descanse en paz».
El nuevo monarca ha recibido las llaves de la ciudad escocesa poco antes la misa en la catedral para conmemorar la figura de la reina Isabel II, fallecida el jueves a los 96 años. Durante la ceremonia, el lord preboste de Edimburgo, Robert Aldridge, ha ofrecido las llaves de la ciudad al monarca, que las ha tocado y ha procedido a pronunciar el mensaje ceremonial: «Devuelvo estas llaves, perfectamente convencido de que no pueden estar en mejores manos que las del lord preboste y los consejeros de mi buena ciudad de Edimburgo».
El acto de entrega de las llaves ha tenido lugar después de que se dispararan 21 salvas desde el castillo de Edimburgo y de que se tocara el himno nacional frente al palacio de Holyroodhouse en honor al nuevo rey, proclamado formalmente el sábado tras la muerte de su madre. Está previsto que Carlos III encabece una procesión en la que el féretro con el cadáver de la reina abandonará el palacio para ser trasladado a la catedral de San Gil. El rey y otros miembros de la familia real seguirán el ataúd durante la conocida como Milla Real.
El féretro de Isabel II, cubierto con el estandarte real de Escocia, permanecerá en St. Giles hasta mañana martes, cuando será llevado a Londres de cara al funeral de Estado que tendrá lugar el próximo día 19 en la Abadía de Westminster. Una guardia de honor del Regimiento de Escocia saludó al rey Carlos III y la reina consorte a su llegada a Holyroodhouse. Desde ayer por la tarde, el ataúd de la reina está en el salón del trono de este palacio después de que fuera llevado por carretera desde el castillo de Balmoral, en el noreste de Escocia.
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