Según declaró este viernes el ministro de Exteriores danés, Jeppe Kofod, al término de una reunión de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento, se trata de datos ya conocidos por la opinión pública y el objetivo de la carta es «poner los hechos sobre la mesa» antes de la reunión del Consejo de Seguridad que este viernes debatirá el asunto. Ni Dinamarca ni Suecia forman parte de este organismo, aunque podrían haber solicitado participar en la reunión, convocada a petición de Rusia, algo que no han hecho. Kofod rehuyó comentar por qué no han tomado ese paso y resaltó que se trata también de un «asunto internacional».
Se han localizado dos fugas en cada tubería (ambas fuera de servicio), dos en la zona danesa y dos en la sueca, todas en aguas internacionales, que los gobiernos afectados han calificado de «sabotaje». El titular de Exteriores danés señaló que no ha contactado con los representantes rusos y que su país, con el derecho internacional, tiene derecho a investigar las fugas, ocurridas en su zona económica exclusiva.
«Es importante para nosotros que esto se cumpla a rajatabla», afirmó Kofod. Dinamarca y Suecia han abierto sendas investigaciones, que avanzan no obstante con lentitud debido a que sigue saliendo gas de las tuberías. La Dirección General de Energía danesa informó hace dos días de que había salido más de la mitad del gas y que el flujo podría detenerse este domingo, lo que permitiría una inspección submarina. Los sectores eléctricos y gasísticos de Dinamarca y Suecia han elevado el nivel de alarma sobre sus instalaciones con motivo de las fugas y lo mismo ha hecho la vecina Noruega, a pesar de que no tiene costa en el Báltico, incluyendo presencia militar.
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