El uso de los llamados drones kamikaze que fabrica Irán, y que Rusia ha optado por empezar a utilizar con asiduidad –al menos así lo reseñan las autoridades ucranianas–, ha cambiado el devenir de la guerra. Su utilización cada vez es más frecuente en el campo de batalla, y no solo en las operaciones militares por conquistar enclaves estratégicos. El uso de estos dispositivos tecnológicos permite golpear al enemigo muy dentro de su territorio, causando graves daños tanto personales como materiales y un pánico cierto entre la población civil.
En las últimas horas el ejército ruso ha atentado contra depósitos y tanques de aceite de girasol en una de las terminales de Mykolaiv, uno de los puertos más grandes de Ucrania. Tras el impacto los almacenes se incendiaron y todo su contenido fue destruido. Horas después una treintena de estos aparatos volaron hacia la capital, Kiev, y en distintas explosiones al menos tres personas perdieron la vida. El alcalde de la capital ucraniana, Vitali Klitschkó, ha compartido una fotografía de restos de uno de esos drones. En ella se aprecia claramente «Guerán-2», el nombre ruso del aparato no tripulado iraní "Shahed-136".
Cuáles son los atributos técnicos de estos drones, que están cobrando popularidad en plena contraofensiva de Ucrania, inmersa en el intento de recuperar Jersón y áreas del Donbás. Se trata de drones aéreos autónomos de unos tres metros de longitud y 200 kilos de peso, diseñados para neutralizar objetivos terrestres a distancia. Los drones se vuelan en grupo para dificultar su neutralización. Su diseño permite evadir las defensas aéreas, y manejados a distancia o programados para viajar a unas coordenadas concretas, portan explosivos de distinta potencia que detonan al contacto.
Se cree que el sistema aéreo primero se desplegó activamente en áreas controladas por los hutíes en Yemen, antes de ser utilizado activamente por el ejército ruso durante la invasión de Ucrania, desde hace unas pocas semanas, con el avance de las tropas sobre el terreno y después de algunos actos de sabotaje, como la destrucción del puente de Crimea.
Ya desde el pasado verano se anunció que Rusia había adquirido cientos de estos drones a Irán, un extremo no confirmado por parte de Teherán, quien defiende que la cooperación en materia de defensa entre ambos países viene de muy lejos, mucho antes de la guerra. Precisamente este lunes los ministros de Exteriores de la Unión Europea abordarán esta cuestión en un encuentro que tendrá lugar en Luxemburgo, y trabajarán en posibles nuevas consecuencias por el hecho de proporcionar equipos militares a Rusia en plena invasión de Ucrania.
1 comentario
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Pues a los iranies hay que pagarles con su misma moneda, pero los drones que vayan llenos de cabellos de mujer. Solo de tocarlos se mueren.