El encuentro entre ambos fue más largo de lo habitual, de casi hora y media de duración, y no ha trascendido su contenido. Una vez concluido, las trompetas del piquete marcaron el final de la era política de Draghi, que gobernó el país durante veinte meses desde febrero de 2021 con una coalición de unidad apoyado por todos los partidos excepto por Meloni, su única oposición. Los trabajadores y funcionarios del palacio se despidieron también de él aplaudiéndole desde las ventanas. El cambio político en Italia transcurre veloz y sin escollos, tal y como había pedido el propio Draghi dada la crisis energética y otros males que preocupan al poder romano. Meloni, que juró el cargo este sábado ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, guiará un Ejecutivo compuesto por los tres partidos que componen la coalición ganadora de las elecciones del 25 de septiembre: el suyo, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi.
El siguiente paso, en los próximos días, será su investidura en las dos sedes del Parlamento, el Senado y la Cámara de Diputados, un formalismo pues cuenta con la mayoría absoluta. La primera tarea del Consejo de Ministros hoy será aprobar el nombramiento del conservador Alfredo Mantovano como subsecretario de la presidencia, uno de los cargos más influyentes del Ejecutivo. Pero también deberá cambiar los nombres de los ministerios, pues se han propuesto algunos inéditos como «Educación y Mérito», «Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades» o «Empresas y Made in Italy». En concreto, se deberán aclarar las competencias para evitar duplicidades. Por ejemplo, el nuevo vicepresidente, Salvini, es también titular de Infraestructuras y Movilidad Sostenible, normalmente responsable de los puertos (presumiblemente para tratar de impedir el desembarco de inmigrantes como hizo en Interior entre 2018 y 2019). Sin embargo, el nuevo Gobierno también tiene un Ministerio para el Sur y las Políticas del Mar, en manos del expresidente de la isla de Sicilia, Sebastiano Musumeci.
Numerosos líderes mundiales han felicitado a Meloni, que en los últimos meses se ha moderado y ha prometido lealtad de su Gobierno con Europa y la Alianza Atlántica. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, destacó el hecho de que fuera la primera jefa de Gobierno italiana, como ella lo fue del Ejecutivo comunitario. «Cuento y espero una cooperación constructiva con el nuevo gobierno en los desafíos que enfrentamos juntos», escribió, a lo que Meloni respondió: «Ansiosa y lista para trabajar para fortalecer la resiliencia de la Unión Europea frente a nuestros desafíos comunes». También la felicitó el presidente de Ucrania, Volódimir Zelenski, con quien Meloni ha hablado en otras ocasiones para asegurarle la continuidad del apoyo italiano: «Italia es y siempre estará al lado de la brava gente de Ucrania que lucha por su libertad y por una paz justa. No estáis solos», tuiteó ella. También recibió los buenos augurios del presidente de Estados Unidos, Joe Biden: «Estados Unidos e Italia están unidos por una profunda amistad y colaboración transatlántica, fundada en valores comunes. Los reforzaremos, combatiendo juntos por la libertad y la seguridad internacional», prometió Meloni en un comunicado.
Así como del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; de la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola; del secretario de Estado estadounidense Antony Blinken; del primer ministro israelí, Yair Lapid, o del secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg. Y de referentes nacionalistas europeos, como su amigo, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, o el polaco, Mateusz Morawiecki.
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