Una pantalla gigante muestra al presidente ruso en su intervención. | Reuters

TW
33

El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la suspensión del cumplimiento por parte de su país del START III o Nuevo START, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EE. UU. Putin matizó que «Rusia no abandona, sino que sólo suspende» el cumplimiento del tratado sobre reducción de armamento estratégico ofensivo que expira en 2026, de lo que culpó a Estados Unidos.

Adelantó que «si EE.UU. realiza ensayos nucleares con nuevo tipo de armamento estratégico, Rusia efectuará también pruebas» de esa clase. «Por supuesto, no seremos los primeros en hacerlo (...). Nadie debe albergar la peligrosa ilusión de que la paridad global estratégica puede ser destruida», comentó.

El líder ruso desvinculó su decisión del actual conflicto en Ucrania y el apoyo de Occidente a Kiev. Tachó de «teatro del absurdo» la declaración en la que la OTAN demandó a Rusia que cumpla dicho tratado, lo que incluye las inspecciones de sus instalaciones nucleares. Al respecto, abogó porque la Alianza Atlántica se convierta en parte del tratado, ya que, recordó, países como el Reino Unido y Francia también cuentan con arsenales nucleares.

Noticias relacionadas

En noviembre de 2022 ambos países iban reanudar el diálogo estratégico en El Cairo, pero Rusia decidió a última hora posponerlo indefinidamente por la «falta de disposición» de Washington a tener en cuenta las prioridades rusas. Estados Unidos suspendió el diálogo sobre el control de armas tras la intervención bélica de Rusia en Ucrania.

Rusia a su vez informó en agosto a Washington de su decisión de prohibir las inspecciones estadounidenses in situ de su arsenal de armas nucleares, al alegar dificultades para hacer lo propio en EE. UU. debido a las sanciones occidentales relativas a los permisos de sobrevuelo y concesión de visados a funcionarios rusos. En febrero de 2021 Putin, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, prorrogaron cinco años el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias, que había sido firmado en 2010.

El Nuevo START, que incluye específicamente un sistema de inspección de los arsenales, debía reducir en un 30 % el número de cabezas nucleares, hasta 1.550 por país. Además, limitó a 700 el número de misiles balísticos intercontinentales, el de los desplegados en submarinos y bombarderos estratégicos equipados para armamento nuclear. También redujo a 800 el de lanzaderas para misiles intercontinentales, lanzaderas submarinas para misiles balísticos y bombarderos estratégicos equipados para armamento nuclear, estén desplegados o no.