McCarthy se había mostrado este domingo confiado pero inflexible. «Creo que podemos solucionar algunos de los problemas si entiende a qué estamos mirando. Pero he sido muy claro con él desde el principio: tenemos que gastar menos dinero que el año pasado», señaló a la prensa. Las reuniones entre ambas partes se encuentran estancadas y tuvieron que ser suspendidas durante unas horas el pasado viernes tras una reunión en Washington en la que las respectivas posturas fueron irreconciliables.
Biden consideró este domingo que las propuestas que han hecho los republicanos al respecto son 'inaceptables. «Es hora de que el otro lado se mueva de sus posiciones extremas porque mucho de lo que han propuesto es francamente inaceptable», afirmó en una rueda de prensa al final de su participación en la cumbre del G7. Antes del encuentro del lunes, los equipos negociadores de unos y otros abordarán este domingo por la tarde asuntos «pendientes», según la Casa Blanca.
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, señaló que el 1 de junio se mantiene como la fecha en la que Estados Unidos podría incurrir por primera vez en una suspensión de pagos de su deuda soberana y recalcó que habría que tomar entonces «duras decisiones». Estados Unidos nunca ha incurrido en un impago de la deuda nacional, pero cada cierto tiempo se asoma a esa posibilidad porque, a diferencia de otros países, su Ejecutivo solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea conveniente.
El límite actual, de 31,4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado enero. El Gobierno está recurriendo actualmente a dinero en sus reservas para pagar las deuda que ha contraído, pero el Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio, momento en el que Estados Unidos entraría en suspensión de pagos.
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