Imagen de archivo de Sergey Naryshkin. | Reuters - SERGEI KARPUKHIN

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Uno de los principales jefes del espionaje ruso afirmó el miércoles que Occidente había sembrado las semillas de su propia destrucción al alejarse de lo que él denominaba sus tradiciones fundamentales, agregando que «se vaya al diablo» y deje de interferir en los asuntos mundiales. En su intervención en un foro de seguridad celebrado en las afueras de Moscú al que asistieron funcionarios de seguridad extranjeros, Sergei Naryshkin, jefe del servicio de inteligencia exterior ruso SVR, hizo algunos de sus comentarios más antioccidentales hasta la fecha, subrayando la profunda enemistad que Moscú alberga hacia Occidente por su apoyo a Ucrania.

«Los anglosajones deberían ocuparse de sus propios conflictos civiles internos. Mejor aún, que se vayan con su amigo el diablo», dijo Naryshkin, quien, al igual que otros funcionarios rusos, se refiere a Reino Unido, Estados Unidos y otros países anglófonos de Occidente como «los anglosajones». «Es pertinente recordar la verdad bíblica: el fin de ellos será según sus obras. Y eso significa que su final será triste», indicó, afirmando que Occidente está desgarrado por graves problemas internos y externos.

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Rusia quiere que Occidente deje de armar a Ucrania, algo que Washington, Londres y los países europeos siguen haciendo a marchas forzadas antes de una esperada contraofensiva para ayudar a Kiev a defenderse de lo que consideran una guerra de conquista rusa no provocada. Naryshkin, que afirma que lo que Rusia denomina «operación militar especial» en Ucrania tiene por objeto proteger a Moscú de una OTAN en constante expansión, acusó a Washington y Londres de frustrar los esfuerzos por alcanzar un acuerdo sobre el conflicto y de hacer la vista gorda ante lo que, en su opinión, es un aumento del «terrorismo y la violencia» ejercidos por Ucrania sobre la población civil.

Canalizando la visión preferida del Kremlin sobre el panorama geopolítico, Naryshkin acusó a Occidente de intentar resistirse a un cambio histórico hacia un mundo multipolar.

También acusó a lo que denominó la «élite euroatlántica» de negarse a ceder voluntariamente su liderazgo mientras hacen todo lo posible para impedir que surjan lo que denominó centros de poder alternativos. Asimismo, expresó su satisfacción por el hecho de que la mayoría de los países de Asia, África y América Latina no hayan impuesto sanciones a Rusia por sus acciones en Ucrania, a pesar de lo que calificó de presión colosal para que lo hiciera por parte de Washington.