El veredicto de las urnas permite alargar cinco años más el mandato de Hun Sen, quien ostenta el cargo desde 1985 y es el mandatario de Asia con más tiempo en el poder, a pesar de que el veterano político ha dejado caer que podría adelantar su jubilación. El Comité Electoral tiene previsto completar el lunes el escrutinio de papeletas y oficializar los resultados a mediados de agosto, antes de que el nuevo Parlamento electo tome posesión de sus escaños el día 28 del próximo mes. Las elecciones de hoy han estado marcadas por la ausencia de un partido opositor representativo a raíz de la controvertida descalificación en mayo del Candlelight Party, al presentar un trámite burocrático incompleto.
Este partido opositor, que logró un 22 % de los apoyos en las elecciones locales de 2022, es el heredero del ilegalizado en 2017 Partido para el Rescate Nacional de Camboya, cuyos dirigentes en el exilio llamaron recientemente a boicotear los comicios para expresar el descontento popular. Según los resultados provisionales, los boletos inválidos rondarían el 5,6 %, por lo que superarían en número a los alcanzados por las otras 15 plataformas política que participaron en la jornada electoral. La represión contra la disidencia continuó este mismo domingo con las autoridades reclamando la detención de 37 personas por supuestamente tachar con una «X» las papeletas que posteriormente depositaron en las urnas. Además de apartar a la formación opositora, las autoridades emprendieron desde principios de año una nueva campaña de acoso contra los medios independientes que llevó al cierre, en febrero, del canal Voice of Democracy.
Por si todavía quedaran cabos sueltos, a finales de junio el Parlamento aprobó con carácter urgente una enmienda a la ley electoral para impedir que cualquiera que no vote en los presentes comicios pueda presentarse como candidato a futuras elecciones. Por estas y otras razones, 17 organizaciones internacionales especializadas en procesos electorales calificaron los comicios camboyanos como una «farsa» electoral. «Creemos firmemente que esta elección carece de autenticidad y competitividad electoral significativa, lo que plantea serias dudas sobre su adhesión a los principios democráticos y las normas electorales internacionales», apuntaron el sábado las oenegés, incluida la Red Asiática para Elecciones Libres.
El veterano dirigente, de 70 años, ha dado pistas sobre la, aparentemente cercana, transición en el poder en favor de su hijo primogénito, Hun Manet, quien debutó este domingo en la arena política al frente del CPP en Nom Pen. Hun Sen, uno de los mandatarios del Sudeste Asiático más difíciles de predecir, reveló esta semana de manera inesperada que su hijo, de 45 años, podría asumir el cargo en cuestión de semanas tras los comicios. «En tres o cuatro semanas, Hun Manet puede convertirse en primer ministro. Depende de si Hun Manet podrá hacerlo o no», dijo Hun Sen en una entrevista con el canal chino Phoenix Tv retransmitida a tres días de las elecciones. El político camboyano, quien en diciembre de 2021 nombró públicamente a su hijo como heredero del cargo, no aportó más detalles sobre esta supuesta transición en el poder. Hun Manet, un general de cuatro estrellas formado en la academia militar estadounidense de West Point, se ha labrado recientemente una imagen pública de hombre de Estado estrechamente vinculada al legado de su padre. Las elecciones de hoy fueron las séptimas desde que la ONU organizó la primera votación democrática en 1993, dos años después de los acuerdos de paz que pusieron fin a más de dos décadas de guerra civil entre varias facciones, entre ellas el Jemer Rojo.
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