Imagen tomada en Klishchiivka, población cercana a Bajmut reconquistada por las fuerzas de Kiev. | Reuters

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Tras la liberación de Klishchivka, localidad al sur de Bajmut en la región ucraniana de Donetsk, Kiev busca cercar esa urbe y continuar la contraofensiva en dirección al importante nudo ferroviario de Tokmak, en la segunda línea de defensa rusa en el sur de Ucrania. «Klishchivka. Doy las gracias a nuestros combatientes por liberar nuestra tierra», escribió Zelenski para anunciar la reconquista de la localidad.

La liberación de Klishchivka abre nuevas posibilidades al Ejército ucraniano ya que permite controlar «las rutas logísticas que abastecen Bajmut», actualmente en poder de Rusia, según afirmó en la televisión pública el portavoz del grupo Oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Ilya Yevlash. «Además, esto mejora la situación en los flancos, en particular el sur, lo cual nos permitirá encajarnos a mayor profundidad en las tropas enemigas y llevar a cabo ataques más precisos con nuestra artillería», añadió.

Moscú, por su parte, no ha reconocido hasta ahora la pérdida de esa localidad. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, afirmó que las fuerzas rusas «repelieron seis ataques del enemigo en las cercanías de Klishchivka» y otras cuatro localidades en el este ucraniano. La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, insistió -pocas horas antes de cesar en su cargo junto a otros cinco viceministros de esta cartera- en que las fuerzas ucranianas habían tomado Klishchivka y señaló que «el enemigo intenta con todas sus fuerzas recuperar las posiciones perdidas».

«Nuestros combatientes frenan los ataques enemigos y se atrincheran en las posiciones liberadas», añadió, al señalar que solo la semana pasada se liberaron 2 kilómetros cuadrados junto a Bajmut, y desde el principio de la contraofensiva, Ucrania ha recuperado 51 kilómetros cuadrados de territorio. El cese de Maliar, la más conocida entre los seis viceministros destituidos hoy, tuvo lugar hoy en el marco de la reestructuración anunciada por el nuevo ministro de Defensa, Rustem Umérov, quien asumió la cartera la pasada semana tras la dimisión del anterior titular, Oleksí Réznikov.

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La otra dirección importante de la contraofensiva ucraniana es el frente de Zaporiyia, donde las fuerzas de Kiev ya liberaron Robotine y se preparan para avanzar hacia Tokmak. Con el fin de detener a los ucranianos, Rusia ha reforzado con Fuerzas Aerotransportadas el frente en Zaporiyia, informó este lunes el servicio de inteligencia del Ministerio de Defensa británico.

Según la inteligencia británica, «al menos cinco regimientos de fuerzas aerotransportadas (...) probablemente se concentran ahora a varios kilómetros de la línea del frente de Robotine». «Esto debería constituir alrededor de 10.000 paracaidistas de élite», indicó la entidad. Este domingo, la inteligencia británica alertó de que Rusia refuerza considerablemente Tokmak, al sur de Robotine, que podría convertirse en «el pilar de la segunda línea principal de la línea de defensa rusa».

En tanto, Rusia lanzó esta noche un ataque con un número «sin precedentes» de aviones y drones contra varias regiones ucranianas, informó hoy en la televisión pública en portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat. Según el representante castrense, Rusia utilizó simultáneamente «decenas de aviones» para lanzar un ataque combinado con 17 misiles de crucero y 24 drones kamikaze Shahed.

Ignat señaló que la defensa antiaérea derribó 18 de los 24 drones kamikaze Shahed y los 17 misiles de crucero lanzados por Rusia. Aún así, varios fragmentos de los proyectiles derribados dañaron una vía férrea y una fábrica en la región occidental de Jmelnitski, según la Administración Militar local, que no ofreció más detalles sobre los daños. El Ministerio de Defensa ruso, a su vez, aseguró haber lanzado un ataque «masivo con armas de alta precisión y largo alcance de emplazamiento aéreo, así como con drones, contra almacenes de misiles de crucero Storm Shadow y municiones con uranio empobrecido», sin especificar ubicaciones. Según Konashénkov, «todos los objetivos fueron destruidos».