La atención internacional se ha centrado en la necesidad apremiante de llevar ayuda a Gaza a través del único punto de acceso no controlado por Israel: el paso de Rafah hacia Egipto. No obstante, desde este país han afirmado que no admitirán un éxodo masivo de palestinos hacia su territorio, que entre otras consideraciones, podría trasladar la resistencia palestina contra la ocupación israelí a la península del Sinaí, con los riesgos que ello genera de contagio bélico a nivel regional.
Estos días el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que visitó Israel el miércoles, salió de Oriente Medio con la promesa de Israel de permitir envíos limitados desde Egipto siempre que la ayuda sea monitoreada para evitar que llegue a Hamás, la milicia que emprendió ataques sin precedentes en suelo israelí el pasado 7 de octubre. Al respecto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recorrió el puesto de control del lado egipcio y pidió que un número significativo de camiones ingrese a Gaza todos los días y que los controles sean rápidos y pragmáticos.
«Estamos colaborando activamente con todas las partes para garantizar que se levanten las condiciones para la entrega de ayuda», afirmó. Hasta ahora, los líderes occidentales han ofrecido principalmente apoyo a la campaña de Israel contra Hamás, aunque existe una creciente inquietud por la difícil situación de los civiles en Gaza. Biden pronunció un discurso televisado el jueves pidiendo miles de millones de dólares en ayuda militar estadounidense para que Israel luche contra Hamás. Pero también dijo: «No podemos ignorar la humanidad de los palestinos inocentes que sólo quieren vivir en paz y tener oportunidades».
El conflicto también se está extendiendo a otros dos frentes: Cisjordania y la frontera norte con el Líbano. El Ministerio de Defensa ordenó la evacuación de los residentes de la ciudad israelí más grande cerca de la frontera libanesa, Kiryat Shmona. Los enfrentamientos en la frontera entre Israel y el movimiento Hezbollah del Líbano han sido los más mortíferos desde la guerra del año 2006. En Cisjordania, el Ministerio de Salud palestino dijo que 13 personas murieron, incluidos cinco niños, cuando las tropas israelíes atacaron y concentraron ataques aéreos contra el campo de refugiados de Nur Shams, cerca de Tulkarm. El territorio, donde los palestinos tienen un autogobierno limitado bajo la ocupación militar israelí, ha sido testigo de los enfrentamientos más mortíferos desde que terminó el levantamiento de la segunda Intifada en 2005.
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