El director del Mosad, David Barnea; el del Shin Bet, Ronen Bar -las dos agencias de inteligencia israelíes-; y el mayor general Nitzan Alon, designado comisionado del gobierno israelí para el tema de lo rehenes, han viajado hasta París para reunirse con el director de la CIA, William Burns; el jefe de la inteligencia de Egipto, Abas Kamel; y el primer ministro de Catar, Mohamed bin Abderrahman Al Thani, que negocia en nombre del grupo islamista Hamás. Consultada sobre este encuentro, la Oficina del Primer Ministro de Israel se limitó a decir que «Israel hace y continuará haciendo todo lo posible para la liberación inmediata de todos los secuestrados».
El diario israelí Yedioth Ahronoth, el más leído de Israel, informa de que el propósito de la reunión es lograr un «punto de partida» para iniciar las conversaciones, por lo que todavía no hay una agenda o puntos específicos que tratar. En las últimas semanas se han puesto sobre la mesa varias propuestas diseñadas por Catar, Egipto y EEUU, los países mediadores, pero todas han sido rechazadas tanto por Israel como por Hamás, que gobierna de facto en la Franja de Gaza, que mantienen todavía posturas enfrentadas que impiden un punto de partida para negociar. Israel no acepta el fin de las hostilidades, tan solo un alto el fuego temporal que permita la liberación de rehenes, para luego proseguir con su objetivo de destruir a Hamás; mientras que Hamás exige la retirada completa de las tropas israelíes de la Franja de Gaza.
Las partes alcanzaron un acuerdo de tregua por una semana, entre el 24 y el 30 de noviembre, que frenó los combates y permitió el canje de 105 rehenes -incluidos extranjeros- por la excarcelación de 240 presos palestinos; algo que no se ha repetido desde entonces. Quedan dentro de la Franja 132 rehenes secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre, de los que se estima que 25 podría estar muertos; además de cuatro cautivos retenidos en el enclave desde hace años, dos de ellos soldados muertos. En total han salido 110 rehenes vivos -algunos liberados por Hamás por razones humanitarias antes de la tregua de noviembre-, y las tropas israelíes han recuperado los cadáveres de 11 cautivos muertos, incluidos tres que el Ejército mató por error. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afronta una fuerte presión de las familias de los rehenes que le exigen que negocie a cualquier precio un acuerdo para liberarlos a todos, aunque el jefe de gobierno insiste en que la presión militar es la mejor manera para lograr el retorno de los cautivos.
4 comentarios
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BURNEEs prudente leer atentamente la respuesta a su comentario para absorber los detalles. La cita de Martin Luther King jr aclara mi argumento a quienes se niegan a ver los hechos. "Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez de conciencia". Agreguemos también la maravillosa cita de Mokokoma Mokhonoana; "Quienes menos saben quieren ser escuchados más". La información es liberadora. La educación es la premisa del progreso en toda sociedad.
Li LaNo escribía sobre "los territorios ocupados". para usted estos territorios deben comprender desde Jordania al Mediterráneo, y eso no es así. Los que están fuera de esos territorios ocupados gozan de los mismos derechos que cualquier habitante local. Evidentemente no tienen los mismos derechos si viven en Cisjordania ni Gaza.
BURNEEsa es una total ignorancia de la realidad de los palestinos que viven en Israel. Lea esto y edúquese. Basta ya de falsos comentarios y mentiras. Negación del derecho de los palestinos a la participación política; Los aproximadamente cinco millones de palestinos que viven en los Territorios Ocupados no pueden participar en el sistema político que gobierna sus vidas y determina su futuro. En teoría, la mayoría de los palestinos tienen derecho a votar en las elecciones de la Autoridad Palestina. Sin embargo, como los poderes de la Autoridad Palestina son limitados, incluso si se celebraran elecciones periódicamente (las últimas fueron en 2006), el régimen israelí seguiría gobernando la vida de los palestinos, ya que conserva aspectos importantes de la gobernanza en los Territorios Ocupados. Esto incluye el control de la inmigración, el registro de población, la planificación y las políticas territoriales, el agua, la infraestructura de comunicaciones, la importación y exportación, y el control militar sobre el espacio terrestre, marítimo y aéreo. En Jerusalén Oriental, los palestinos están atrapados entre la espada y la pared. Como residentes permanentes de Israel, pueden votar en las elecciones municipales pero no en el parlamento. Por otro lado, Israel les hace prácticamente imposible participar en las elecciones de la Autoridad Palestina. La participación política abarca más que votar o postularse para un cargo. Israel también niega a los palestinos derechos políticos como la libertad de expresión y la libertad de asociación. Estos derechos permiten a las personas criticar regímenes, protestar contra políticas, formar asociaciones para promover sus ideas y, en general, trabajar para promover el cambio social y político. Una serie de leyes, como la ley de boicot y la ley de la Nakba, han limitado la libertad de los israelíes para criticar las políticas relacionadas con los palestinos en toda la zona. Los palestinos en los Territorios Ocupados enfrentan restricciones aún más severas: no se les permite manifestarse; se han prohibido las asociaciones; y casi cualquier declaración política se considera incitación. Estas restricciones son aplicadas asiduamente por los tribunales militares, que han encarcelado a cientos de miles de palestinos y son un mecanismo clave para defender la ocupación. En Jerusalén Este, Israel trabaja para impedir cualquier actividad social, cultural o política asociada de alguna manera con la Autoridad Palestina. La división del espacio también obstaculiza una lucha palestina unificada contra la política israelí. La variación de leyes, procedimientos y derechos entre las unidades geográficas y las draconianas restricciones de movimiento han separado a los palestinos en distintos grupos. Esta fragmentación no sólo ayuda a Israel a promover la supremacía judía, sino que también frustra las críticas y la resistencia.
Si es muy fácil, alto el fuego, liberación de los rehenes, convocatoria de elecciones libres en Gaza y que el pueblo hable si quiere seguir siendo gobernado por Hamás, el cual tras ganar la elecciones en 2006 , NO HA QUERIDO CONVOCAR NUEVAS ELECIONES POR MIEDO A PERDERLAS. La guerra que tiene Israel , NO ES CONTRA LOS PALESTINO, ES CONTRA HAMÁS . Ahora hay dos millones de palestinos en Israel, con todos sus derechos como ciudadanos, con pasaporte igual. Pueden votar a partidos árabes en el parlamento, pueden recurrir a todos los tribunales y son ciudadanos de pleno derecho de Israel.