Impacto de un misil en la zona controlada por Rusia en Donetsk. | Reuters - VALERY MELNIKOV

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Rusia intenta afianzar la victoria en la Batalla de Avdivka avanzando hacia otros bastiones ucranianos en el Donbás y redoblando sus esfuerzos en la sureña región de Zaporiyia, mientras Ucrania aprovecha cualquier error del mando ruso para causar el mayor daño posible en la retaguardia enemiga. «El enemigo no ceja en sus intentos y continúa sus acciones ofensivas ya fuera de los límites de la ciudad» de Avdivka, declaró a la televisión ucraniana el subcomandante de la Tercera Brigada del Ejército ucraniano, Maksim Zhorin.

El militar, con amplia experiencia de combate al frente del batallón ultranacionalista Azov desde 2014, precisó que los rusos lanzan en estos momentos sus principales fuerzas en dirección a Lastochkine, a poco más de 2 kilómetros al este de Avdivka. «Lanzan en esa dirección una gran cantidad de efectivos y equipamiento bélico (...) No se trata de ataques aislados, sino de constantes intentos de asalto», señaló.

Constató que «el enemigo cuenta todavía con mucha infantería y equipamiento bélico, y también implica a la aviación». «Hacen absolutamente todo para romper, aplastar nuestras defensas», señaló. La víspera el presidente ruso, Vladímir Putin, calificó de éxito la toma de Avdivka y llamó a afianzar esa victoria con el avance de las tropas rusas, que deberá «estar bien preparado y abastecido» con efectivos, armamento y munición.

Hasta mil soldados ucranianos prisioneros de Rusia

El presidente ruso calificó de desbandada el repliegue de las fuerzas ucranianas de Avdivka y señaló que la orden de Kiev de dejar la ciudad fue dada «por motivos políticos, para ocultar la retirada y darle una apariencia de repliegue organizado». «Vimos y sabemos que eso no sucedió así, que en realidad fue una desbandada», dijo. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, a su vez, dijo a Putin que «el enemigo, al marchar, dejó muchos prisioneros, muchos heridos».

Según 'The New York Times', que cita a militares ucranianos, «entre 850 y 1.000 soldados parecen haber sido capturados o están desaparecidos», una cifra que confirmaron «funcionarios occidentales» citados por el rotativo.

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El periódico señaló que la pérdida de Avdivka «no es un revés estratégico significativo», pero la captura de soldados podría «erosionar la moral» de los ucranianos y agravar los problemas con el reclutamiento. Desde Bruselas, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, comentó la caída del bastión al señalar que «esto prueba que la situación en el campo de batalla es muy difícil, pero los ucranianos siempre superan nuestras expectativas y la OTAN continuará apoyando a Ucrania».

Las fuerzas rusas se concentran en el sur

Mientras, el Ejército ruso intenta también ganar terreno en otros sectores del frente. En la sureña región de Zaporiyia ha aprovechado el fin de la contraofensiva ucraniana para lanzarse de nuevo a la conquista de la sufrida localidad de Robotine, liberada a mediados de año pasado por las fuerzas ucranianas.

«Las fuerzas terrestres rusas continúan atacando y probablemente hayan incrementado la intensidad de sus acciones en los límites de Robotine», comentó en su más reciente informe la inteligencia británica. Según recordó este departamento de la Secretaría de Defensa de Reino Unido, las fuerzas rusas sufrieron graves bajas durante la contraofensiva ucraniana, «pero la disminución de la intensidad de los combates y los constantes esfuerzos de reclutamiento rusos permitieron a sus fuerzas restablecerse en este sector».

La inteligencia británica constató que en términos generales, las fuerzas rusas han incrementado sus ataques en diversos sectores del frente, «presuntamente con la intención de dispersar a las fuerzas ucranianas». Ucrania aprovecha los errores rusos A su vez, el Ejército ucraniano logró este martes alcanzar con dos misiles HiMARS un polígono militar ruso en el distrito de Volnovaja de la región de Donetsk, un ataque que saldó con 60 muertos, según informó la BBC.

El medio británico señaló que el ataque alcanzó la unidad en momento en que los militares se habían formado a la espera de la llegada de un mayor general. Rusia tardó en reconocer el ataque, pero finalmente el gobernador de la región siberiana de Zabaikalie, Alexandr Ósipov, de la cual procedía la unidad atacada, admitió la existencia de heridos, pero señaló que «la información difundida es muy exagerada», en un intento de quitar hierro al asunto. Varios blogueros militares rusos reconocieron el ataque y arremetieron contra el mando castrense por permitir este tipo de errores, en particular las unidades que son atacadas cerca de la línea del frente cuando se pasa revista o están formando a la espera de un superior.