Un hombre emite su voto en una mesa electoral durante las elecciones presidenciales de Rusia. | Reuters - Alexander Ermochenko

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Rusia intentó aparentar este sábado normalidad en la segunda jornada de las elecciones presidenciales, en las que ya votó más de la mitad de los electores llamados a las urnas, pese a los nuevos intentos de Ucrania de desestabilizar la situación en la frontera.

La Comisión Electoral Central (CEC) aseguró que las elecciones transcurren con absoluta normalidad a lo largo de los once husos horarios de Rusia, desde el extremo oriente a la costa báltica. Si en la primera jornada votó más de un tercio de electorado, en la segunda la participación rebasó el 50 % de los 112 millones de votantes.

A falta de observadores occidentales, que no fueron invitados por Moscú, la impresión de los analistas es que el Kremlin tiene prisa por garantizar una participación que legitime la más que posible reelección del candidato del Kremlin, Vladímir Putin. El director del Centro de Estudio de la Opinión Pública, Valeri Fédorov, admitió a la agencia TASS que no esperaba una participación tan alta, aunque destacó que la mayoría de votantes fueron gente adulta, ya que los jóvenes apenas acudieron a los colegios. Las cifras preocupan a los observadores independientes y a la oposición en el exilio, que denunciaron el empleo masivo del recurso administrativo al obligar a votar en masa a muchos de los empleados del sector público, granero electoral de Putin.

Además, más de seis millones de rusos -entre ellos Putin- ejercieron su derecho al sufragio de manera electrónica, un instrumento de fraude, según la oposición. Factor ucraniano Después de que Putin acusara la víspera a Kiev de intentar frustrar su reelección, Rusia rechazó el sábado otras dos incursiones fronterizas por parte del ejército ucraniano, que también provocó con un dron un incendio en una refinería de la petrolera Rosneft en la región de Samara.

Según informó el Ministerio de Defensa ruso, unidades de saboteadores ucranianos intentaron entrar en la región Bélgorod, la más castigada desde el comienzo de la guerra, desde la zona ucraniana de Sumi. Como resultado, añade la nota castrense en Telegram, el ejército enemigo habría perdido hasta 30 hombres, tres tanques y dos lanzaderas de misiles Vampire y Grad. Además, al menos dos personas murieron el sábado en Bélgorod en un nuevo ataque de la artillería ucraniana, según informó el gobernador, Viacheslav Gladkov, a lo que hay que sumar los tres muertos registrados el viernes.

También se produjeron ataques cibernéticos «sin precedentes» -178.000, según la CEC- protagonizados por piratas informáticos desde Ucrania, Europa occidental y Norteamérica, según la compañía de ciberseguridad Solar. Especialistas cibernéticos de la inteligencia militar ucraniana (GUR) jaquearon el sistema informático de servicios públicos de Rusia, donde se realiza el voto electrónico, según informó la agencia Ukrinform.

Voto de protesta el domingo

Mientras, la oposición al Kremlin mantiene en pie su convocatoria «Mediodía sin Putin», que consiste en acudir a la puerta de los colegios electorales a las 12 del domingo para mostrar su repulsa al jefe del Kremlin, acción que fue apoyada antes de morir por el líder opositor Alexéi Navalni y ahora por su viuda, Yulia.

En un intento de frustrar sus planes, la Fiscalía rusa repitió por tercera vez su advertencia de que convocar o participar en esas acciones puede acarrear penas de cárcel por obstruir el proceso electoral. Además, según la prensa independiente, muchos moscovitas han recibido en sus teléfonos mensajes en los que, al tiempo que se les acusa de apoyar ideas extremistas, se les anima a votar «sin colas ni provocaciones».

Con todo, los opositores y la prensa libre llaman a no tener miedo a la policía, ya que esperar a varios metros de la puerta de un colegio no es motivo para la detención, con el fin de demostrar que son muchos los que se oponen a la deriva militarista del país.

«La mejor respuesta a sus (...) porcentajes inflados, a las mentiras propagandistas sobre la consolidación de la sociedad y el apoyo de todo el pueblo a la operación militar especial serán esas colas vivas de gente que conservan su conciencia y su sentido de la dignidad», aseguró Vladímir Kara-Murza, opositor que cumple 25 años de cárcel, al diario digital Meduza. Destacó que esa acción será «la mayor manifestación contra la guerra» desde febrero de 2022, además de ser «absolutamente legal y segura, y, a su vez, organizada por las propias autoridades». La oposición también propone como alternativa estropear la papeleta -para lo que recomienda firmar en las cuatro casillas o tachar el boleto para impedir el fraude- o votar por el candidato de Gente Nueva, Vladislav Davankov, que tiene una postura ambigua sobre la guerra.