Ambos líderes al inicio de su encuentro. | Reuters - GAVRIIL GRIGOROV

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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, han firmado este miércoles un acuerdo de cooperación estratégica en el marco de la visita del mandatario ruso al país, que constituye la primera en 24 años y ha generado numerosas críticas a nivel internacional.

Tras una serie de negociaciones que se han alargado durante aproximadamente dos horas, los líderes de ambos países, reunidos junto a sus respectivas delegaciones en el Palacio del Sol de Kumsusan, han dado el visto bueno a un acuerdo que supone una constatación del reciente acercamiento entre las partes.

Este documento reemplaza al Tratado de Asistencia Mutua de 1961, el Tratado de Amistad y Buena Vecindad del 2000 y las declaraciones posteriores firmadas en 2000 y 2001, según ha explicado el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, a la agencia rusa de noticias TASS. Así, ha señalado que existe la necesidad de fijar nuevos acuerdos dada la evolución actual de las alianzas geopolíticas a nivel tanto mundial como regional, una situación que ha llevado a Rusia y Corea del Norte a reforzar sus vínculos.

No obstante, el Kremlin ha asegurado que este nuevo documento cumplirá con los principios fundamentales que rigen el Derecho Internacional y carecen de una naturaleza beligerante sino que buscan únicamente garantizar la estabilidad en la región del noreste de Asia. La semana pasada, las autoridades rusas reivindicaron su derecho a mejorar sus relaciones con Pyongyang ante el aumento de las advertencias en el seno de la comunidad internacional, que miran con temor el aumento de los contactos entre ambos países y acusan a Corea del Norte de enviar armas a Rusia, algo que las autoridades han negado.

Sin embargo, Kim ha alabado recientemente su relación «invencible» con el Gobierno ruso y ha descrito a su homólogo como un «compañero de armas». En este sentido, ha recordado que su encuentro con Putin en Rusia el año pasado ha llevado los lazos entre los dos países a un «nivel superior».

El mandatario norcoreano viajó el pasado mes de septiembre a Rusia y visitó el cosmódromo de Vostochni, donde Putin le prometió ayudarle en la construcción de satélites. Ambos líderes acordaron entonces celebrar nuevos contactos progresivamente. Pyongyang y Moscú han aumentado paulatinamente sus relaciones diplomáticas y en materia de seguridad, especialmente a medida que aumenta la tensión en la península de Corea y a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha prometido que hará «lo que sea» para frenar el apoyo de Corea del Norte a Rusia en el marco de la guerra de Ucrania, unas palabras con las que ha buscado reducir la preocupación de la comunidad internacional en torno a la alianza entre los dos países. «Seguiremos haciendo todo lo posible para obstaculizar el apoyo que estos dos países se están dando, como Irán y Corea del Norte», ha indicado antes de matizar que Corea del Norte habría entregado más de 11.000 contenedores con munición a Rusia para su posterior uso en Ucrania.

Blinken ha vuelto a hacer hincapié en que Rusia está tratando «desesperadamente» de desarrollar y reforzar sus relaciones con países que puedan granjearle este tipo de asistencia para avanzar en el frente ucraniano y ha criticado el apoyo de China a la industria militar rusa. «Nos preocupa mucho esto porque es lo que hace que la guerra continúe», ha manifestado, al tiempo que ha acusado a Pekín de «echar más leña al fuego en un contexto que supone la mayor amenaza para Europa desde el final de la Guerra Fría».