Keir Starmer en Irlanda del Norte, con su primera ministra Michelle O'Neill (i). | Reuters - Clodagh Kilcoyne

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La nueva impronta en clave internacional del primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, ha empezado a vislumbrarse este pasado fin de semana tras alzarse hasta el poder con su histórica victoria la semana pasada frente a los Conservadores de Rishi Sunak. Sonada fue la postura de los tories en materia migratoria, con su plan para deportar a solicitantes de asilo a Ruanda. Estos días, Starmer ha marcado distancia con su predecesor. En primer lugar este domingo en Edimburgo ha afirmado que el trabajo para construir «lazos más estrechos» con la Unión Europea (UE) ya ha comenzado, tras su arrollador triunfo en los comicios generales del pasado día 4. El nuevo premier ha avisado también a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu,del peligro que representa la expansión a Líbano de la guerra de Gaza, y le ha insistido en la necesidad de alcanzar un alto el fuego en el enclave palestino.

Starmer hizo declaraciones a un grupo de periodistas en el arranque, en esa ciudad, de una gira que le llevará por las cuatro naciones del Reino Unido -Escocia, Irlanda del Norte, Gales e Inglaterra-. «Intentaremos mejorar nuestra relación con la UE y eso implica lazos comerciales más estrechos con la UE, lazos más estrechos en relación con la investigación y el desarrollo y lazos más estrechos en defensa y seguridad», señaló. «Obviamente -agregó-, hay muchas conversaciones y negociaciones que mantener, pero creo que podemos obtener un acuerdo mucho mejor que el pacto chapucero con el que (el ex primer ministro) Boris Johnson cargó al Reino Unido».

A pocos días de haber asumido su cargo como nuevo jefe del Ejecutivo británico tras su rotunda victoria en las elecciones del pasado día 4, Starmer se embarcó en esa gira nacional con la que pretende «reiniciar de inmediato» las relaciones entre el Gobierno de Londres y esos territorios (Escocia, Gales, Irlanda del Norte e Inglaterra). En su primera parada en Edimburgo, se reunió con el ministro principal escocés, John Swinney, cuyo Partido Nacionalista Escocés (SNP) fue duramente castigado en las urnas tras perder 38 escaños -hasta quedar con 9- perdiendo su hegemonía sobre los 57 escaños correspondientes a Escocia del total de 650 que hay en la Cámara de los Comunes (baja) del Parlamento británico. En otro acto, Starmer también festejó con el líder de los laboristas escoceses, Anas Sarwar, el «mandato claro» por el cambio que los ciudadanos de la región les habían dado en las urnas.

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«Gobernaremos para mejorar las vidas de la gente, por una renovación, para ubicar al país primero. Gobernaremos de forma humilde, agradeciendo a cada escocés que haya depositado su fe en el Partido Laborista para ejecutar ese cambio», dijo Starmer. Antes de embarcarse en este tour, Starmer recordó hoy que los ciudadanos del Reino Unido «están unidos por creencias compartidas. Valores fundamentales de respeto, servicio y comunidad que nos definen como una gran nación». «Esto comienza hoy con un reinicio inmediato del planteamiento de mi gobierno a trabajar con los ministros y viceministros principales (de los otros territorios del país), porque una cooperación significativa centrada en el respeto será clave a la hora de traer el cambio por todo el Reino Unido», apuntó el líder laborista. El jefe del Gobierno tiene previsto viajar a Washingon este martes a participar en la Cumbre de la OTAN, donde se prevé que se aborde el asunto del apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia.

Desde su victoria en las urnas, el líder laborista no ha dejado de mantener conversaciones telefónicas con otros líderes internacionales, como con Netanyahu, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed Bin Zayed al-Nahyan. Según reveló hoy una portavoz de Downing Street -sede del Gobierno- en un comunicado, en su charla con Netanyahu ambos departieron «sobre la importancia de la seguridad regional en Oriente Medio y el primer ministro dijo que está comprometido a continuar la vital cooperación entre el Reino Unido e Israel para disuadir amenazas malignas».

En su conversación, Starmer ha trasladado al mandatario israelí sus condolencias por las víctimas de la masacre y la ola de secuestros perpetrados por Hamás y las milicias palestinas el 7 de octubre en Israel, y reiterado su compromiso de seguridad, una «cooperación vital para impedir amenazas malignas». No obstante, el primer ministro también ha trasladado a Netanyahu que «la situación en la frontera norte de Israel», escenario desde entonces de cruces de artillería con las milicias libanesas de Hezbolá «es muy preocupante y resulta crucial que todas las partes actúen con precaución».

El nuevo primer ministro británico también resaltó «la necesidad clara y urgente de aclanzar un alto el fuego en Gaza, de conseguir el retorno de los rehenes y de incrementar el volumen de la ayuda humanitaria que reciben los palestinos» del enclave. Asimismo, el primer ministro británico ha destacado la importancia de «garantizar condiciones a largo plazo para una solución de dos estados», palestino e israelí en convivencia, «y que la Autoridad Palestina tenga los medios financieros que necesita para funcionar con eficacia». La oficina de Netanyahu todavía no ha hecho comentarios sobre la conversación. Starmer se alegró también de hablar con el presidente palestino, «dados los asuntos acuciantes en la región, el continuo sufrimiento y la devastadora pérdida de vida en Gaza». Según la misma fuente oficial, Starmer «dijo que su política desde hace mucho tiempo de reconocer y contribuir a un proceso de paz no ha cambiado, y es un derecho innegable de los palestinos».