Las tropas malienses, apoyadas por los mercenarios del grupo ruso Wagner, atacaron el pasado jueves la localidad de Tinzaouatene, controlada por los secesionistas norteños y que alberga a miles de desplazados, lo que provocó una dura batalla con rebeldes que duró tres días. Cerca de esa localidad, los miembros de Wagner fueron además atacados por los yihadistas de Al Qaeda, que mataron a 50 mercenarios y 10 soldados malienses, según anunciaron los propios terroristas.
El grupo ruso, admitió la muerte de varios de sus miembros, sin concretar número, entre ellos uno de sus comandantes. La nota del Ejército maliense, que no da cifra de muertos (solo ha reconocido hasta el momento dos fallecidos), está llevando a cabo un análisis detallado de los eventos para extraer las lecciones necesarias y ajustar sus estrategias, y atribuye la derrota a las condiciones meteorológicas y las tormentas de arena.
La ciudad de Tinzaouatene es considerada como el último refugio de decenas de miles de desplazados que huyeron en los últimos dos años de las hostilidades en el norte del país, una región conocida como el Azawad. En un comunicado publicado en uno de sus canales de Telegram, Wagner informó de que entre los pasados días 22 y 27, militares malienses y el 13º destacamento del grupo ruso libraron encarnizados combates junto a la localidad de Tinzaouatene con militantes del CSP, que informó de 15 bajas en sus filas.
El CSP, que ejerce la autoridad de facto en amplias zonas del norte de Mali y controla Tinzaouatene, anunció este domingo que sus fuerzas «aniquilaron» una fuerza del Ejército maliense entera durante la batalla. Añadió que los «pocos supervivientes de las filas del Ejército y de la milicia Wagner fueron capturados». Tras esa batalla, que tuvo lugar en la zona de Achebrech, a unos dos kilómetros de Tinzaouatene, han circulado varios vídeos en las redes sociales que muestran soldados malienses y mercenarios de Wagner muertos, heridos o capturados, pero el contenido de estas cintas no ha sido confirmado por fuentes independientes.
Este país de la inestable región del Sahel, gobernado por una junta militar golpista desde 2020, es escenario de ataques terroristas continuos perpetrados por el Estado Islámico (EI) y la filial local de Al Qaeda, denominada el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GAIM). En los últimos meses, reacciones imprecisas e indiscriminadas del Ejército maliense, apoyado por los mercenarios del grupo ruso Wagner, han provocado además masacres en las filas de civiles denunciadas por instituciones como la ONU. Entre mayo de 2023 y el mismo mes de este año murieron 4.394 personas en Mali en eventos violentos protagonizados por grupos no estatales y otras 2.277 a manos de fuerzas estatales, según la plataforma 'Armed Conflict Location And Event Data Project' (ACLED), que monitoriza la violencia en el mundo.
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