Daños tras el ataque en Lviv. | Reuters

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Un ataque ruso contra Zaporiyia, una de las grandes urbes ucranianas más cercanas al frente y en cuya región se encuentra la central nuclear más grande de Europa, mató de noche a una mujer de 38 años y a un niño de 8, según informa el jefe de la Administración Militar regional, Iván Fedórov. En otros ataques aéreos contra suelo ucraniano el ejército ruso ha disparado al menos tres misiles balísticos Iskander-M y KN-23, éste último de fabricación norcoreana. Más misiles de sello asiático han sido abatidos por las defensas antiaéreas proporcionadas por los aliados occidentales. Precisamente en las últimas horas ha visto la luz un estudio que indica que solo el año pasado Corea del Norte facturó 540 millones de dólares vendiendo armas a Rusia.

Los misiles producidos por Pionyang a pesar de las sanciones internacionales que desde hace décadas afronta el régimen del actual líder supremo Kim Jong-Un resultan una novedad destacada en las últimas masacres aéreas perpetradas por Moscú en el país vecino. A los periódicos golpes de las jornadas precedentes, que en muchos casos afectaron a la infraestructura energética, se añade el ataque que causó medio centenar de muertos y trescientos heridos en Poltava (noreste). En un reguero casi continuo las autoridades de Kiev notifican este miércoles al menos siete personas fallecidas, entre ellos tres menores de edad, y cerca de cincuenta heridos en la ciudad de Leópolis; también se han notificado heridos en la ciudad de Krivi Rig, en la región de Dnipropetrovsk.

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A la vista de la realidad, las relaciones cada vez más cercanas entre Pionyang y Moscú se plasman en efectos prácticos en el día a día de la guerra en Ucrania. Un estudio del Instituto para la Estrategia de Seguridad Nacional (INSS por sus siglas en inglés) dependiente de Corea del Sur estima que su rival del Norte ingresó a través de actividades ilegales unos 6.290 millones de dólares desde 2017, cuando se aprobaron las últimas sanciones de Naciones Unidas contra el país asiático. La mayor parte, unos 2.150 millones de dólares, corresponde al comercio de carbón. A su vez, la venta de armas a Rusia supuso el segundo mayor monto de ingresos ilegales norcoreanos en 2023, alcanzando los 540 millones de dólares.

El INSS ha calculado esa cantidad basándose en datos de autoridades surcoreanas, estadounidenses o ucranianas. Seúl considera probado que Pionyang ha transferido 13.000 contenedores a Moscú con artillería de 122 y 152 milímetros y misiles de corto alcance, cuyos restos han sido localizados sobre el terreno tras ser utilizados contra objetivos ucranianos. Las remesas de dinero de los trabajadores que Pionyang envía principalmente a países como China o Rusia (aunque también a destinos como Catar, donde obreros norcoreanos participaron en la construcción de estadios para el Mundial de Fútbol de 2022) suponen la segunda mayor partida del periodo 2017-2023, unos 1.750 millones de dólares.