Turista en Atenas. | Reuters

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El Gobierno griego ha prohibido la concesión de nuevas licencias para alquileres de corta duración en tres distritos del centro de Atenas durante al menos un año. Al igual que muchos otros destinos turísticos europeos, Grecia busca equilibrar un sector rentable impulsado por plataformas en línea como Airbnb con las necesidades de la población local, que se enfrenta a una escasez de viviendas. La falta de vivienda y el aumento del costo de la vida han llevado al país a anunciar este mes el aumento de un impuesto sobre los alquileres de corta duración, la prohibición de nuevas licencias en el centro de Atenas y la concesión de incentivos a los propietarios para que se pasen a los alquileres de larga duración.

La ministra griega de Turismo, Olga Kefalogianni, explicó este lunes que la prohibición de conceder nuevas licencias de alquiler a corto plazo en tres distritos del centro de Atenas podría prolongarse más allá del plazo inicial de un año. «Hemos descubierto que (los alquileres de corta duración) funcionan de alguna manera como hoteles, mientras que también hay mucha presión sobre la sociedad», dijo Kefalogianni a la prensa. Dado que muchos propietarios optan por el alquiler a corto plazo, a los atenienses les resulta difícil encontrar una casa asequible para alquilar. «Estuve buscando casa durante 8-9 meses y acabé en la que estoy ahora», dijo Alma Lazi, de 34 años, trabajadora del sector privado que vive en el céntrico barrio ateniense de Pangrati.

«Incluso durante ese periodo, cuando estuve buscando y ampliando el abanico de zonas que barajaba, no encontré nada que pudiera permitirme mantener». El impuesto diario sobre los alquileres de corta duración, que ayuda al país a hacer frente al impacto de las catástrofes naturales relacionadas con el cambio climático, pasará de 1,5 euros a 8 euros en el periodo de abril a octubre, anunció el ministro de Hacienda, Kostis Hatzidakis. El impuesto pasará de 0,5 euros a 2 euros en los meses de invierno en el hemisferio norte. El Gobierno no especificó cuándo entrarán en vigor las nuevas medidas. Grecia espera que sus ingresos por turismo alcancen los 22.000 millones de euros este año, otro máximo histórico, según Kefalogianni.

El país mediterráneo, de playas de aguas cristalinas, registró el año pasado unos ingresos turísticos récord de 20.600 millones de euros. Los datos hasta ahora indicaban que 2024 será otro buen año, añadió Kefalogianni. «Grecia está entre los diez destinos turísticos más populares del mundo», afirmó. «Podemos confiar en que los ingresos alcancen los 22.000 millones de euros». El año que viene entrará en vigor una tasa de 20 euros a los cruceristas que visiten las islas de Santorini y Mykonos durante la temporada alta de verano boreal, otra medida anunciada a principios de mes para combatir el exceso de turismo, dijo Kefalogianni. (1 dólar = 0,8986 euros) (Reporte de Lefteris Papadimas y Angeliki Koutantou; Editado en Español por Ricardo Figueroa)