Refugiados libaneses huyen del sur del país tras la intensificación de la campaña militar de Israel contra Hezbolá. | Reuters - Amr Abdallah Dalsh

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La organización no gubernamental Save the Children ha alertado este martes de que alrededor de 345.000 niños libaneses están en peligro a causa del repunte de las hostilidades entre Israel y el partido-milicia chií Hezbolá, un día después de que una intensa oleada de bombardeos israelíes contra el país dejara cerca de 500 muertos y más de 1.600 heridos.

«Nuestra peor pesadilla se está convirtiendo en realidad», ha dicho la directora de la ONG en Líbano, Jennifer Moorehead, quien ha recalcado que «los niños y niñas de Líbano llevan sintiendo la angustia de una guerra inminente desde el pasado mes de octubre, y en los últimos días sus vidas han dado un vuelco, con bombardeos en barrios densamente poblados». Así, ha explicado que los ataques israelíes contra decenas de ciudades del país han provocado que «familias intenten huir desesperadamente, llevando lo que pueden cargar».

«Las niñas y niños lloran aterrorizados por el sonido de los aviones no tripulados y de combate sobre sus cabezas. Sienten que el peligro está en todas partes y que nunca pueden estar a salvo», ha relatado. En este sentido, Save the Children ha sostenido que las familias de sus empleados del sur de Líbano se encuentran atrapadas porque las carreteras están dañadas por los ataques aéreos, mientras que el cierre de escuelas decretado a partir de este martes para abrir muchos de estos centros como refugios temporales afecta a cerca de 1,5 millones de niños libaneses. «Muchos de los que huyen ya son vulnerables, entre ellos mujeres, niños, niñas y poblaciones de refugiados que llevan meses viviendo desplazados», ha reseñado Moorehead.

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«Se trata de una escalada importante y aterradora, pero tenemos que recordar que los niños y niñas del sur de Líbano se han visto afectados por la violencia transfronteriza, viviendo atemorizados durante años», ha añadido. Por ello, la organización ha hecho hincapié en que cualquier recrudecimiento de las hostilidades supondrá una pérdida «inaceptable» de vidas humanas, antes de insistir en que «como siempre, los niños y niñas se llevarán la peor parte del conflicto». «Instamos encarecidamente a todas las partes a que respeten el Derecho Internacional Humanitario y pongan fin a esta crisis de inmediato. Todas las partes deben proteger a los civiles y centrarse en los esfuerzos diplomáticos para llevar una paz duradera a todas las comunidades de la región», ha zanjado Save the Children.

Durante los últimos días se ha registrado un repunte de las tensiones, especialmente tras la oleada de explosiones coordinadas la semana pasada en dispositivos de comunicación usados supuestamente por Hezbolá, que dejó alrededor de 40 muertos y unos 3.000 heridos. Posteriormente, más de 50 personas murieron el viernes en el bombardeo ejecutado por Israel contra el sur de la capital de Líbano, Beirut, entre ellos Ibrahim Akil, un alto cargo del grupo libanés. Las hostilidades en la región estallaron después de que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas lanzaran el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel que dejaron casi 1.200 muertos y más de 250 rehenes.

El Ejército israelí inició entonces una cruenta campaña militar contra Gaza que se salda por el momento con más de 41.400 muertos, a los que se suman más de 700 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este. Los ataques del 7 de octubre, denominados 'Inundación de Al Aqsa' por Hamás y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses. Además, los hutíes y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel -que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen- en respuesta a su ofensiva contra Gaza.