El primer ministro británico, en la cumbre climática. | Reuters - Maxim Shemetov

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El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció este martes un nuevo objetivo climático más ambicioso con la reducción en un 81 % de las emisiones contaminantes sobre niveles preindustriales para 2035, frente a la meta del 78 % fijada en 2021. Starmer reveló el nuevo objetivo de Contribución determinada a nivel nacional (NDC, en inglés) en una rueda de prensa en el marco de la Cumbre del Clima de la ONU COP29 que se celebra hasta el 22 de noviembre en Azerbaiyán.

El líder laborista animó a otros países a aumentar sus metas e indicó que promoverá una alianza global para acelerar la transición energética. «Ha empezado la carrera por los puestos de trabajo de energía limpia del futuro, la economía del mañana. Yo no quiero estar en medio de este grupo, quiero estar a la vanguardia», declaró ante los periodistas. Starmer mantuvo que el nuevo objetivo de recortar las emisiones en un 81 % sobre niveles de 1990 «es alcanzable», pero subrayó que no significa que el Gobierno «vaya a decirle a la gente cómo debe vivir su vida».

El jefe del Ejecutivo de Londres, que llegó al poder el pasado julio, incidió en que el cambio climático «es un problema global que requiere una alianza global y una cooperación internacional responsable», por lo que instó a todas las partes a «presentar sus propios objetivos ambiciosos». Como parte de los cambios en el Reino Unido, recordó que se actualizará la legislación para facilitar la construcción de infraestructuras y en especial de turbinas eólicas, entre las cuales anunció un contrato de Scottish Power, de Iberdrola, con Siemens Gamesa por 1.000 millones de libras (1.200 millones de euros) para fabricarlas en la ciudad de Hull.

Starmer presentará esas nuevas NDC del Reino unido en su intervención en torno a las 14 GMT ante el pleno de la cumbre, en la que se aspira a llegar a un acuerdo para incrementar la financiación que los países ricos e históricamente más contaminantes ofrecen a los que están en vías de desarrollo para que se adapten al cambio climático.

Sobre los objetivos revisados británicos, Rebecca Newsom, de Greenpeace, celebró que Starmer «haya elegido dar un paso al frente en lugar de retroceder», pese «a la sombra proyectada sobre esta cumbre por la perspectiva de Trump 2.0», en alusión al futuro Gobierno estadounidense de Donald Trump. «Cuando el Gobierno (británico) presente su plan de acción el año próximo, deberá detallar cómo el Reino Unido logrará la eliminación total del petróleo y el gas, como ya hizo con el carbón», apuntó esta activista. Además, el Ejecutivo laborista tendrá que garantizar apoyo económico para que la fuerza laboral del país se beneficie de la transición energética, agregó.