El transporte público también resultó dañado en el ataque. La fiscalía aumentó el número de heridos de 63 a 113 personas este mismo jueves por la mañana. Las labores de rescate habían concluido en el lugar del ataque la noche anterior. Edificios de apartamentos de gran altura resultaron dañados junto con una instalación industrial y otras infraestructuras, dijo la oficina del fiscal general de Ucrania en Telegram. Los escombros alcanzaron un tranvía y un autobús con pasajeros en su interior, añadió.
El ejército ruso había utilizado dos bombas guiadas para alcanzar una zona residencial, dijo a la prensa el gobernador regional, Ivan Fedorov. Diez de las 60 personas hospitalizadas tras el ataque siguen en estado grave, dijo Fedorov, quien añadió que el jueves sería un día de luto oficial. El jueves, Fedorov explicó a la televisión nacional que los servicios médicos de la ciudad habían recibido el mayor número de peticiones de ayuda tras un ataque desde el comienzo de la invasión a gran escala de Rusia, el 24 de febrero de 2022.
«No hay nada más cruel que lanzar bombas aéreas sobre una ciudad, sabiendo que los civiles de a pie sufrirán», dijo el presidente Volodímir Zelenski en la red social X, e instó a los aliados occidentales de Ucrania a aumentar la presión sobre Rusia. Las autoridades regionales informaron de nuevas explosiones tras el primer ataque. Fedorov dijo que Rusia bombardeó la ciudad de Stepnohirsk, al sur de Zaporiyia, matando a dos personas. Dos residentes fueron sacados con vida de entre los escombros.
Rusia lleva a cabo regularmente ataques aéreos en la región de Zaporiyia, que sus fuerzas ocupan parcialmente. Moscú defiende haberse anexionado la región ucraniana junto con otras cuatro, incluida Crimea, tras unos referendos que la comunidad internacional considera ilegales. La emisora pública Suspilne también informó de dos muertos y 10 heridos en ataques contra varios centros de la región de Jersón, en el sur del país, también parcialmente ocupada por el ejército ruso.
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Ya sabemos quién maneja la comunidad internacional y para qué sirven sus instituciones. Está más claro que el agua que todos los ciudadanos de Crimea y las recién liberadas repúblicas prefieren pertenecer a la Federación Rusa que a una pseudo-nación con un gobierno que los quiere masacrar.